La imagen de un Juan Carlos I henchido de felicidad, acompañado por su hija Elena (“la más Borbón de todos los hijos”, como siempre se han empeñado en repetir) y sus nietos, Victoria Federica y Felipe Juan Froilán, es lo primero que se dibuja en nuestro imaginario cuando decimos: tarde de toros y familia real. Pero, a esta estampa, quizás también deberíamos de añadir a un protagonista más, Felipe VI.
El Rey de España posee una afición taurina bastante más sosegada que la de su padre y hermana. Es cierto que ha acudido como invitado de honor a alguna corrida, aunque nunca ha destacado por esta faceta. La que sí que destaca por todo lo contrario es Letizia. Nuestra reina, al igual que doña Sofía, no es seguidora de esta tradición y jamás la veremos presenciar un evento de estas características. Ella prefiere cuando las plazas son empleadas para dar conciertos. Y si son de sus grupos indies favoritos, mejor que mejor.
Los dos gestos de los Reyes con Valencia
Por eso, el 19 de marzo, Día de San José y una de las jornadas falleras más importantes, Felipe VI acudió en solitario a la corrida solidaria que se celebró en Valencia para recaudar fondos para todos los afectados por la DANA. El Rey no solo viajó al Levante por este motivo, sino que, por la mañana, tras visitar Torrent, disfrutó de los ninots, del ambiente festivo en las calles y se fotografió con las emocionadas falleras, que le reclamaban un recuerdo. Al llegar la tarde, se dirigió hasta la plaza de toros, donde presenció un momento de absoluto drama, cuando el diestro Borja Jiménez fue violentamente corneado por el toro.
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Letizia se ahorró la escena. Tan solo 24 horas antes, ella ya había hecho su particular homenaje a la comunidad autónoma luciendo moda valenciana, y revalidando, una vez más, su compromiso con estas empresas que han tenido que seguir adelante a pesar de haberse visto afectadas por la brutal DANA del pasado octubre. Una de ellas es Singularu, firma de accesorios y joyería que la Reina no ha dejado de usar desde que las lluvias torrenciales asolaron parte de su almacén.
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Letizia, cada vez más animalista
Dos formas muy diferentes de apoyar la misma causa, sin tener que comprometer por ello sus ideales. Y es que, Letizia, aunque quizás no es tan animalista como su suegra, quien ha hecho de su lucha a favor de los animales una de sus grandes cruzadas, sí que es una mujer con una maravillosa sensibilidad, como también dio muestras hace un par de días.
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En su encuentro con las personas sordociegas, Letizia estuvo de lo más cariñosa con uno de los perros guías al servicio de uno de los invitados a la Zarzuela. El perro, un precioso labrador negro que seguro que le recordó al suyo propio, agradeció los gestos y se mostró de lo más cómodo ante ella; ofreciéndole su barriguita y tumbándose a sus pies para continuar recibiendo caricias.
Los planes taurinos, siempre sin Letizia
Ya no hay duda. Felipe VI acostumbra a aprovechar cuando la reina no está convocada por agenda para participar en estos actos que, quizás, a ella la incomodan más; pero que, sin embargo, para él, que ha crecido en un ambiente de lo más taurino, no parece ser un problema.
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Un comportamiento que también lo vimos en la pasada Feria de San Isidro, el gran momento para todos los aficionados a los capotazos y a los estoques. En mayo de 2024, y aprovechando que Letizia se encontraba en pleno viaje de cooperación, Felipe retomó parte de sus compromisos con esta vetustamente llamada ‘fiesta nacional’. Felipe acudió a Las Ventas, saludó a los allí presentes y los toreros le dedicaron orejas. Una vez más, y gracias a su viaje a Guatemala, Letizia esquivó esta bala.
Una misión para la infanta Elena
Tanto el toreo como la ganadería, son sectores que continúan ocupando un lugar destacado en la sociedad, por lo que conviene continuar abonando unas relaciones cordiales. De ahí que Casa Real continúe tan vinculada, además de por pura afición de sus miembros.
Cuando Felipe no puede acudir, es su hermana, la infanta Elena, la que ocupa ese papel. Y, además, lo hace encantada, porque adora las tardes de toros, que le devuelven a los tiempos en los que disfrutaba al lado de su padre. Jornadas padre e hija, solo para ellos. Quizás sea por eso por lo que siempre les guarda con tanto cariño. Algo que también ha sido transmitido a sus dos vástagos, de nuevo, los que más cercanos son a Juan Carlos en gustos y en aficiones.
De momento, Letizia prefiere ser del equipo de Sofía. Eso sí, ella ha ido un paso más allá y jamás ha permitido que sus hijas acudan a eventos taurinos. El día de mañana, ya decidirán por ellas mismas.