El castillo de Windsor ya está a punto para acoger a primera hora de la tarde el funeral de Felipe de Edimburgo. A lo largo de los últimos días se han estado realizando los ensayos de la austera ceremonia militar con la que el Reino Unido despedirá al consorte de la reina Isabel, fallecido el pasado 9 de abril. Como se sabe y por expreso deseo del propio duque, no se celebrará un funeral de estado –pese a tener derecho a ello–, sino una ceremonia fúnebre diseñada por él mismo para cuando llegara el momento de su traspaso.
Felipe de Edimburgo será enterrado, inicialmente, en la Real Bóveda de la capilla de San Jorge, en el castillo de Windsor, pero esta sepultura no será la definitiva. Los restos del que fuera marido de la reina Isabel durante 76 años serán trasladados a la Capilla Real Jorge VI, agregada en el mismo recinto en 1969, cuando la monarca fallezca, de modo que Isabel y Felipe volverán a estar juntos en la eternidad, como así era su deseo.
En esa misma capilla reposan los restos de los padres de la reina Isabel, el rey Jorge VI y la Reina Madre, así como los de su hermana, la princesa Margarita, fallecida en 2002. Precisamente, con la princesa Margarita ya se siguió el mismo proceso que se hará con Felipe de Edimburgo. En un principio, Margarita fue incinerada y sus cenizas fueron depositadas en la Real Bóveda de la capilla de San Jorge y cuando, siete semanas después de su muerte, falleció la Reina Madre, los restos de la hermana de Isabel II fueron trasladados para que reposaran en el panteón real junto a sus padres.