La última visita de Federico de Dinamarca a su familia no terminó bien. El príncipe heredero viajó hace unos días a Suiza, lugar en el que su mujer Mary y sus hijos están residiendo durante unos meses con motivo de la escolarización de los niños. El hijo de la reina Margarita aprovechó la ocasión para practicar esquí, uno de sus deportes preferidos. Pero la mala suerte se cruzó en cu camino y sufrió una caída que le provocó una lesión en el hombro. En ese momento fue trasladado a un hospital de Copenhague y fue operado del hombro.
Federico de Dinamarca ha estado unos días alejado de los compromisos reales recuperándose de la pequeña intervención hasta que ha reaparecido. Una reaparición que ha llamado la atención porque el heredero al trono danés lleva el brazo en cabestrillo, algo que tendrá que soportar durante unos días. El futuro rey de Dinamarca ha demostrado que la operación no ha supuesto ningún impedimento para retomar sus compromisos profesionales y aunque llevar el brazo así es un poco incómodo, él ha lucido su mejor cara asistiendo a dos eventos en menos de veinticuatro horas.
El primero ha consistido en visitar un hospital equipado con las últimas tecnologías de la medicina. Ha pasado por las habitaciones de varios pacientes con los que ha hablado durante un rato de forma amigable e incluso ha bromeado sobre su lesión. En el otro acto al que ha acudido ha estado acompañado por su madre la reina Margarita. En el castillo de Christiansborg madre e hijo han sido testigos de la presentación de una colección de sillas exclusivas. Se trata de un mobiliario que han regalado a la monarca danesa por su cumpleaños y que a partir de ahora formará parte de la decoración de la residencia oficial de la familia real de Dinamarca.