Federico de Dinamarca, agotado, se está enfrentando a su mayor miedo tras meses muy convulsos

"Vi mi vida apagarse y que de pronto tendría que comportarme como un completo adulto". Así explicaba el ahora rey Federico X de Dinamarca cómo vivió el enterarse de que algún día ocuparía el trono de su país. Al hijo de la reina Margarita llevar la Corona le parecía algo "grande e intimidatorio", incluso lo definió como "desagradable"'. No obstante, tras la decisión de su madre de abdicar tomó las riendas de la Familia Real danesa con responsabilidad y también con la ilusión de comenzar una nueva etapa.

Un cambio de vida para el que se ha preparado desde que nació, pero que llegó en uno de los momentos más convulsos y polémicos de su vida (y no ha tenido pocos). Federico se convirtió en rey cuando el planeta entero hablaba de sus fotos con Genoveva Casanova en Madrid, publicadas en exclusiva por la revista Lecturas, y con su matrimonio en el ojo del huracán, y para muchos en la cuerda floja...

Tantas emociones desde el pasado mes de noviembre se están dejando ver en el rey Federico. Tras unas polémicas vacaciones en familia el monarca ha retomado su agenda. El rey danés lo ha hecho con un rostro cansado y signos visibles de agotamiento, nadie diría que viene de unos días de asueto y desconexión con la reina Mary y sus hijos, Christian, Isabella y los mellizos Vincent y Josephine. Su decisión de tomarse un descanso poco después de ser proclamado rey no ha sido visto con buenos ojos en su país y las críticas han sido demoledoras. No obstante, parece que para los reyes eran necesarios estos días en familia tras todo lo vivido en los últimos meses. Pero, ¿han sido positivos o solo han echado más leña al fuego?

Con el rostro apagado, ojeras y más delgado, el rey Federico de Dinamarca ya está en activo, ha celebrado varias reuniones y además ha presidido un acto religioso en Copenhague como servicio de paz en el segundo aniversario de la guerra en Ucrania. Nada de las sonrisas y los gestos desenfadados a los que nos tiene acostumbrados el que fuera conocido como 'el príncipe turbo'. Ahora, su semblante es serio y diríamos que hasta triste.

Federico de Dinamarca, serio y visiblemente cansado, en su vuelta al trabajo.

Federico de Dinamarca sabe muy bien cómo lidiar con la polémica, siempre ha sido un royal con un carácter peculiar y que ha visto su nombre en el disparadero muchas veces. No obstante, lo que ha pasado desde el mes de noviembre parece haberle superado. La revista Lecturas destapaba su relación con Genoveva Casanova y tras las imágenes juntos han visto la luz muchísimos detalles de cómo han sido los últimos años para el hijo de la reina Margarita y la ex de Cayetano Martínez de Irujo.

Luego vino una fuerte crisis familiar, que llevó a la Corona danesa a emitir un comunicado, y una proclamación rápida e inesperada entre tantos titulares que afirmaban que el matrimonio de los ahora reyes de Dinamarca estaba roto. Federico, el rey que no quería ser rey, ha tomado las riendas de su agenda institucional porque así tiene que ser, es su obligación; no así la reina Mary que sigue sin aparecer en un acto desde que se convirtiera en reina consorte. Se cumple así el peor presagio de Federico y es que, incluso en su peor momento, ha tenido que dar un paso al frente por el papel que le corresponde y que tiene que desempeñar como su país le exige y se merece.

Federico ha protagonizado varias polémicas y se angustió al pensar que su futuro escrito le limitaría hacer una vida normal. Tanto es así que en su país, prensa y parlamento, llegaron a plantear que cediera sus derechos dinásticos a su hermano Joaquín. Pero siguió adelante, Federico se ha repuesto a todas las polémicas, ahora es un hombre casado y padre de familia. Pero sobre todo es rey, aunque la corona a veces pese demasiado tal y como sus gestos han dejado claro en su vuelta al trabajo.