La Familia Real culmina su proceso de ‘venganza’ calculado durante años contra la reina Letizia

La imagen de la infanta Cristina ocupando el asiento de la reina Letizia en el coche familiar es, sin duda, la culminación de un largo y estudiado proceso

JC
José Confuso

Director digital de Lecturas

Felipe Letizia
Gtres

Los Borbones se llevan a las mil maravillas. Lo aseguran casi todos los expertos en Casa Real que comentan la actualidad de la familia del Rey. Hay buena relación, entendimiento y un compañerismo como nunca. Ahora, tras los desplantes, la distancia y los enfados, han limado asperezas y viven como hermanos. ¿Como antes? No, nunca nada será igual pero sí han logrado mantener una relación cordial y cercana.

Pero, ¿qué hay de cierto en todo esto? Está claro que entre el rey Felipe y su hermana Cristina hay buena relación. El monarca elegía pararse ante las cámaras en su trayecto hacia la boda de su ahijada Victoria López-Quesada para que se inmortalizara su reconciliación con la infanta Cristina. Esta ocupaba el sitio que hubiese sido para Letizia si esta no se hubiese encontrado en París.

Zarzuela quería dejar claro que ya no hay enfado. Que la infanta Cristina está más cerca que nunca de su hermano y que las cosas en palacio han cambiado. A la vez, tomaba rápidamente precauciones para afirmar que ningún Urdangarin reside en palacio. LO explicaba en boca de otros corresponsales de la monarquía, cuando, la realidad, es que de no residir en Zarzuela, el asunto es mucho peor.

Se ha visto culminada en estas últimas semanas una vendetta pública hacia la reina Letizia que pocos acaban de comprender. ¿Cómo es posible orquestar todo esto cuando es precisamente la reina la que ha logrado impulsar la imagen de la Corona?

La venganza de la Familia Real

Por mucho que se especifique que entre los hijos de los reyes eméritos la relación es buena. Felipe ha decidido perdonar a su hermana una vez que esta ha cortado todo vínculo con Iñaki Urdangarin. El divorcio de la pareja ha sido motivo suficiente para que la infanta se haya ido acercando, poco a poco, a su hermano. Repetimos, a su hermano. Así lo han relatado las crónicas especializadas en Casa Real.

Comidas en Zarzuela junto a la reina Sofía, encuentros fuera de palacio y un relación que se ha ido reconstruyendo. Cristina siempre fue muy cercana a su hermana Felipe. De hecho, tanto que fue Urdangarin el encargado de adquirir el anillo de compromiso para la reina Letizia. Por aquel entonces, se desconocía la gravedad de las acusaciones que pesaban sobre su cuñado.

Ahora, con su vida renovada, la infanta Cristina se reintegra en la familia. La hija de los reyes eméritos se acerca a su hermano y vuelve a ponerse en el disparadero para un futuro encargo oficial. Si la infanta Elena preside algunos actos, ¿por qué no su hermana? No parece que vaya a ser algo inmediato pero tampoco habría que descartarlo de forma tajante.

Y todo con la llamativa ausencia de la reina. Es cierto que Letizia había volado a París para asistir a los Juegos Paralímpicos. Pero también lo es que, por fechas, tenía tiempo suficiente para regresar y acudir a la boda de los López-Quesada. Letizia no estuvo en la inauguración de los Juegos Paralímpicos y todavía no ha sido la clausura. Podía ausentarse sin problema y se hubiese entendido.

El próximo mal trago para la reina Letizia

No contante con verse sustituida por la infanta Cristina, estos próximos días la reina vuelve a enfrentarse a la familia de su marido. El día 8 se celebrará el funeral de Juan Gómez-Acebo en Madrid. Una ocasión en la que, además de la reina Sofía y sus hijas, estarán los reyes Felipe y Letizia y el rey Juan Carlos. El emérito volará desde Abu Dabi para despedir al hijo de su hermana Pilar.

La relación de la reina con la familia de su marido es compleja. Puede que menos de lo que se rumorea pero no deja de ser incómoda. Letizia evita acudir a la mayoría de actos en los que los Borbones son protagonistas. Su presencia en la boda de los López-Quesada estaba descartada desde el principio. La reina tenía una buena excusa pero su no asistencia no deja de ser reveladora.

Este próximo domingo veremos a la reina saludando a todos los miembros de la familia de su marido. Un encuentro con el rey Juan Carlos que no deja de ser muy esperado. El monarca no ha aparecido en España desde hace tiempo. Ni rastro del emérito en verano, justo cuando la Familia Real ha tenido más compromisos y mayor atención pública.

Una venganza a varios niveles

No solo la reina Letizia ha estado en el centro de la atención. También Iñaki Urdangarin. El exmarido de la infanta Cristina ha podido comprobar que, una vez fuera de la ecuación, esta ha regresado con su familia. El escándalo que rodeó al exduque de Palma hizo que su mujer perdiese su título y fuese apartada de la Corona. Nadie quería que existiese una fotografía con ella.

Ahora, divorciada y con una nueva vida, la infanta Cristina vuelve a ser la que fue. Se lleva bien con sus hermanos, cuida de sus padres y se preocupa por sus hijos. Su residencia sigue fijada en Ginebra aunque ya hay muchas voces que la sitúan en España dentro de todo. Total, ¿qué le ata a Suiza cuando ya sus vástagos no viven allí? Es cuestión de tiempo que encuentre un nuevo hogar en la capital.

La infanta pasa largas temporadas en España. Hace poco podíamos verla junto a su hija Irene acudiendo al taller de Lorenzo Caprile. El modista, favorito de la infanta y uno de sus grandes amigos, las visitó para la boda de Victoria López-Quesada. Madre e hija, relajadas y unidas.

La distancia de la reina Letizia

Mucho se ha comentado el giro que ha dado la comunicación de Zarzuela en los últimos tiempos. Más cercanía, más naturalidad y más espontaneidad. Se dejan los rigores del pasado y se apuesta por una monarquía distinta, más del siglo XXI. Y ahí ha tenido un papel fundamental la reina Letizia. De hecho, ha sido ella quien ha logrado que hasta el rey se aparte de formalismos para ofrecer una visión más próxima a los ciudadanos.

¿Cómo es posible que en estas decisiones familiares no esté implicada la reina? Es absurdo pensar que algo tan trascendental como la aparición de la infanta Cristina no esté consensuado con la reina. De ahí que cause todavía más impresión que esta haya decidido apartarse para dejar espacio. ¿No quería eclipsar al hecho principal? La presencia de la reina hubiese sido lo más comentado, por encima del cara a cara de los hermanos Felipe y Cristina.

Al final, sacar a la reina de la ecuación es la maniobra más inteligente cuando se quiere ofrecer un mensaje. En Zarzuela saben que Letizia arrastra opiniones y valoraciones y eclipsa todo lo que le rodea.