La familia real española la componen los reyes Felipe (56 años) y Letizia (51 años) junto a sus hijas Leonor y Sofía. En los últimos tiempos el protagonismo de las jóvenes se ha multiplicado, algo que la Reina no lleva nada bien.
Aunque doña Letizia es completamente consciente del papel institucional de sus hijas, su faceta como madre le impide relajarse en según qué actos públicos. Lo vimos durante la jura de la Constitución de la princesa Leonor, donde llamó la atención su rostro serio a lo largo de toda la ceremonia, y más recientemente en la entrega de Despachos Reales de la Academia General Militar de Zaragoza en la que Leonor fue la gran protagonista.
Los reyes están muy orgullosos de sus dos hijas, de eso no cabe duda, pero esa excesiva protección le ha jugado una mala pasada. Desde Lecturas.com hemos contactado con Vanessa Guerra, experta en lenguaje no verbal, y ella nos ha desgranado la razón que respondería a la llamativa tensión que doña Letizia manifiesta de manera inconsciente cada vez que comparte escena con sus hijas.
"La tensión de la Reina se debe a su perfeccionismo y autoexigencia", asegura Vanessa. Una evidente rigidez que se extrapola también a los actos en los que comparte protagonismo con sus hijas. "Lo que puedo observar de su comportamiento es que aunque parece controlar mucho cualquier detalle, también muestra mucho interés por sus hijas", explica. Quiere estar al tanto de todo, que todo se produzca de la mejor manera, y eso le impide relajarse y disfrutar.
Vanessa Guerra destaca que los gestos de acercamiento tanto con Leonor como con Sofía, caricias, miradas... son para "chequear cómo están" y, quizás, recordarles que no deben perder el foco. Desde que eran unas niñas, doña Letizia "trata de equilibrar que el acto se mantenga dentro de las premisas protocolarias y está pendiente de que no se les pase por alto ninguna indicación", además, de que las jóvenes estén a gusto, pero sin olvidar de seguir las normas estipuladas por la Corona.
Por razones de protocolo, Leonor se coloca siempre al lado derecho de don Felipe, una distancia "obligada" con su progenitora que le ha llevado a "desentenderse" más de ella, y esa atención extra recae más en su padre. "Esto también demuestra que la Reina también sabe mantenerse al margen cuando no le toca a ella cubrir o estar pendiente de un asunto", concluye.
Volveremos a ver a los reyes junto a sus hijas muy pronto. Concretamente el próximo martes, 10 de julio, en el marco de los actos de los Premios Princesa de Girona que en esta edición se celebrarán en la localidad de Lloret de Mar.
El mensaje oculto del comentado abrazo de la reina Letizia a Leonor
Doña Letizia está trabajando mucho en ese control, y es que en muchos casos no puede evitar que su faceta como madre arrolle a su papel como Reina. El ejemplo más claro fue hace solo unos días cuando la consorte no dudó en saltarse el estricto protocolo de la Casa Real y lanzarse a dar un emotivo abrazo a su hija Leonor justo después de que don Felipe le hiciera entrega del nombramiento de dama alférez.
Leonor, visiblemente nerviosa, se unía al resto de su familia en la tribuna oficial de la Academia General Militar de Zaragoza, momento en el que recibió el cariño de su madre y su hermana. Nuestra experta en lenguaje no verbal ha destacado que el abrazo de la Reina fue "muy fuerte y pasional". Tras el abrazo, doña Letizia siguió con los gestos de cariño al tocarle la cintura y el brazo. Un contacto físico continuado que responde a una clara muestra de cariño y enorme orgullo.