Mientras que los mandatarios de la OTAN han dado este miércoles 29 de junio el pistoletazo de salida a la cumbre que se celebra en Madrid, la reina Letizia y el grupo de parejas que los acompañan han tenido la oportunidad de visitar el Palacio Real de la Granja de San Ildefonso, así como la Real Fábrica de Cristales de La Granja y el Museo Reina Sofía.
Además de contemplar las obras de grandes artistas españolas y posar frente a el Guernica de Picasso, la reina Letizia y los consortes de los mandatarios de la OTAN han disfrutado de un espectacular almuerzo en el Museo Reina Sofía. El grupo ha degustado un extenso menú, elaborado por Paradores, compuesto de un aperitivo de bienvenida, varias tapas frías y calientes y un postre.
El aperitivo de bienvenida ha sido una aceituna gordal frita sobre crujiente de plan soplao. Después, la reina Letizia y el resto de parejas han podido degustar cinco bocados gastronómicos fríos: sopa fría de cerezas del Jerte, vieira confitada y huevas de arenque; pan de ajo negro, perdiz escabechada y pico de gallo; zorongollo extremeño, trucha ahumada y torta del Casar; puerro de Sahagún confitado con tartar de cecina de vaca; y blini de anchoa del cantábrico, mazamorra y huevas de trucha.
Por su parte, los bocados gastronómicos calientes han sido: roqueta ligera de centolla y gamba roja; ravioli crujiente de carrillera de ternera retinta; pulpo a la parrilla y patata gallega en pan de pimentón; buñuelo de cordero segureño, miel y pasas de corinto; y mini breua de pollo Halal.
Por último, han cerrado esta comida con una tarta cremosa de queso de Campo Real con helado de AOVE picual. Todo acompañado por cava y vino que seguro que la reina Letizia no ha probado, ya que es bien conocido que la consorte no bebe gota de alcohol.
Un menú con el que han recargado fuerzas tras una mañana de lo más ajetreada, en la que han protagonizado su propia agenda paralela al de la OTAN.