EXCLUSIVA | María José Verdú, experta en protocolo, advierte: “Que Letizia haya usado gafas de sol en el funeral del papa es un gesto difícil de justificar”

Empieza la ceremonia y Letizia abre su bolso. Una elegante cartera de mano que complementa, a la perfección, su look de luto más elegante. En Roma, 16 grados y un sol de justicia que da de lleno a los asistentes al último adiós al Papa. Los Reyes españoles apenas pueden abrir los ojos, por lo que se pertrechan y se colocan sendas gafas para hacer frente a la situación. El mundo entero contiene la respiración. 

¿Ha sido este gesto, en pleno funeral, algo criticable a los representantes de nuestra Corona o, simplemente, ha sido un gesto de lo más natural? Hemos preguntado a una auténtica experta en la materia, María José Verdú, quien siempre tiene las mejores recomendaciones relacionadas con la etiqueta. 

“Desde el punto de vista del protocolo y de la etiqueta funeraria, considero que es un gesto difícil de justificar”, nos desliza, sin medias tintas. Lo que han hecho Felipe y Letizia es raro cuanto menos. 

“En actos de esta naturaleza, profundamente solemnes y cargados de simbolismo religioso, la expresión facial y, muy especialmente, la mirada, son elementos fundamentales para transmitir respeto, recogimiento y empatía”, nos explica. 

El sol ha hecho que los reyes Felipe y Letizia, junto a otros presentes, hayan recurrido a las gafas

El gesto inédito

Transmitir con las miradas, en un momento así de especial, es muy importante. Veinte años atrás, en el funeral de Juan Pablo II, que también tuvo lugar en abril, doña Sofía y Juan Carlos I no se ocultaron detrás de este complemento; lo que nos procuró imágenes de extrema emotividad, como cuando la reina emérita se emocionó en un momento de la liturgia o cuando flexionó su cabeza cuando el cuerpo de Karol Wojtyla desfiló por delante de ella. 

“Las gafas de sol, aunque puedan ser prácticas en situaciones de intensa exposición al sol, en un funeral tienden a ocultar esa humanidad necesaria que se espera de los asistentes, y más aún de figuras de altísima representación institucional”; asegura Verdú a la revista Lecturas. “Entiendo que puede haber razones prácticas o recomendaciones de imagen detrás de esta elección, pero en protocolo las formas son parte del fondo: protegerse demasiado puede transmitir frialdad, justo lo contrario de lo que debería inspirar una ceremonia de despedida como esta”.

En un momento de la conversación con Verdú, esta nos desliza el concepto de “desconexión”, lo que nos hace pensar que, quizás, esta podría haber sido una de las razones que hubieran empujado a los Reyes a colocarse el polémico accesorio. 

Recordemos que Letizia y Felipe, localizados en una más que protocolaria primera final del funeral, se han visto sorprendidos por la presencia de Donald y Melania Trump que se ha ubicado a su lado; cuando la etiqueta vaticana, claramente, establecía que las autoridades políticas debían localizarse en la segunda fila. Este llamativo cambio ha podido provocar una marcada molestia en nuestros Reyes, quienes quizás, para ocultar esta disconformidad, han optado por blindar sus expresiones. 

“Desde una perspectiva de protocolo, creo que en esta ocasión habría sido más adecuado prescindir de las gafas de sol para mantener la plena sintonía emocional y simbólica del momento", resume la experta y recuerda que "la imagen proyectada no es solo de diferencia estética, sino de cierta desconexión respecto al ambiente de recogimiento que impera entre el resto de los presentes". 

Cuando sí está recomendado que Letizia use gafas de sol

Que no las lleve en funerales, pese al dramatismo y lo cinematográficas que pueden resultar, no significa que estas estén prohibidas en el armario de la Reina. De hecho, tanto el Rey como ella son grandes aficionados al complemento favorito de todas las estrellas de rock.

Verdú, a la revista Clara, comentó cuando era protocolariamente aceptado que Letizia usara sus gafas de sol. "En general, todas las familias reales limitan mucho su uso a determinados momentos. Generalmente, las vemos en momentos puntuales cuando, por lo general, se trata de un evento deportivo al aire libre o cuando por condiciones climatológicas deben proteger sus ojos del sol”, dijo entonces. 

Es decir, sería normal que Felipe VI las hubiera usado en pleno puerto de Mallorca antes de iniciar una regata, pero resulta tremendamente chocante que lo haga en la plaza de San Pedro, en una misa tan destacada como esta, que pasará a los anales de la historia. 

La última vez que Letizia usó sus gafas de sol

Cuando el accesorio sí está permitido, también hay que saber cuándo quitárselas, "en el momento que deben saludar a otras personas o conversar con ellas; así como cuando entran o están en el interior de un lugar, ya que hay sombra y no sería necesaria llevarlas”, remarca la experta en etiqueta. 

Atendiendo a estos casos excepcionales, Felipe acostumbra mucho más a usar las gafas de sol que su mujer. De hecho, ella es poco dada a emplearlas, de ahí que su uso, en un día como hoy, haya llamado la atención de todos. La última que la vimos con ellas puestas fue en París, con motivo de los Juegos Olímpicos de 2024, en pleno agosto; pero hacía años que no se dejaba ver con unas, a diferencia del Rey que es mucho más propenso a aparecer con ellas.

El look de Letizia para el adiós del Papa

A eso de las 9 de la mañana, la comitiva española ha llegado la santa basílica y todos hemos podido contemplar la elección de vestuario que había hecho la Reina. Para las exequias, y siguiendo el luto impuesto, la de origen asturiano ha optado por un vestido negro, con mangas 3/4  zapatos de tacón. Aunque ella no acostumbra a lucir medias, en ocasiones como en los funerales, sí que las emplea y siempre en color negro. Una de las grandes dudas que había en torno a su imagen estaba relacionada con la mantilla. Si seguiría la tradición fijada por doña Sofía en el entierro de Juan Pablo II, o si, por el contrario, crearía ella su propia norma, optando, como ha sido el caso, por un discreto velo, que le nacía a mitad de la cabeza, cubriéndola de manera parcial.