Quedan cuatro días para que la princesa Estelle cumpla ocho años, y su presencia está viéndose aumentada a pasos agigantados. La hija mayor de Victoria y Daniel de Suecia acaparaba todas las miradas la semana pasada en un oncierto por LillaAkademien, una escuela de música para niños, en el Teatro Vasa de Estocolmo, donde acudía acompañada de sus abuelos, los reyes Silvia y Carlos Gustavo, sus padres y su tía Sofía.
Lo hacía días después de anunciarse la formación de la Prinsessan Estelles kulturstiftelse, una fundación que lleva su nombre y que tiene como propósito promover actividades culturales en su país, y de protagonizar, junto a sus padres y su hermano Oscar, los nuevos retratos familiares oficiales, donde también hubo una fotografía en la que la princesa posaba sola.
De esta manera, no cabe duda de que cada día se le otorga más protagonismo y visibilidad a la siguiente heredera al trono sueco. Tras los cambios anunciados en la Casa Real por el monarca Carlos Gustavo, tanto ella como su madre cogerán las riendas de una nueva generación royal.
Ahora, totalmente recuperada de un leve accidente de esquí en el que se rompió una pierna estas Navidades mientras esquiaba en los Alpes con su familia , la pequeña princesa aparece con un nuevo desafío: el de enfrentarse a tocar un enorme órgano. Lo ha hecho con motivo de un nuevo capítulo de la serie Escuela de Reinas, con la que se pretende acercar a la Familia Real a los ciudadanos, para que puedan ver cómo es el día a día dentro de Palacio.
El instrumento está ubicado dentro de la Gran Iglesia del casco antiguo de Estocolmo, donde ha aprendido un poco más del templo y del curioso manejo de esta joya musical. Allí, acompañada de su madre, la princesa Victoria, pudo escuchar y tocar en el órgano de tres pisos, que consta de 3500 tubos, el más pequeño de solo 1 centímetro y el más grande de más de 5 metros de largo.
En otras entregas se ha podido ver a Estelle de Suecia visitando el Tesoro del Palacio Real y los Servicios Reales de Intendencia.