Aunque detrás de las cámaras o, mejor dicho, de los miembros de la Realeza a los que brindan su conocimiento, las Casas Reales de Europa cuenta con grandes mujeres que realizan a diario un importante papel para con las Coronas correspondientes.
Desde consejeras, responsables de comunicación, "Grandes Maestras" y estilistas, todas ellas ejercen cada día sus responsabilidades acompañando a reyes y reinas, príncipes y princesas, y aconsejándoles hasta el punto de convertirse en figuras indispensables para ellos. En la Casa Real española, por ejemplo, la reina Letizia cuenta con dos mujeres en las que confía plenamente.
La primera de ella es Beatriz Rodríguez Alcobendas,la única mujer que ocupa uno de los altos cargos de la Casa de S. M. el Rey y la segunda en la historia de la institución que forma parte de este equipo, por detrás de Asunción Valdés, quien fue directora de Relaciones con los Medios de Comunicación hasta 2003.
A sus 50 años, licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales e incluida en el Cuerpo Superior de Interventores y Auditores del Estado, es la Interventora de la Casa de Su Majestad el Rey en 2015, encargándose desde entonces del control de las cuentas de la institución
La otra es Eva Fernández, estilista que se encarga de las elecciones de la reina Letizia desde 2015. Responsable del cambio de estilo de la mujer de Felipe II, estudió moda en la Escuela de Diseño de IADE.
Ocuando el puesto más alto del organigrama de Palacio encontramos a Gry Molleskog, primera mujer en dirigir una Casa Real al ser nombrada Lord Chambelán del rey Harald de Noruega. Ella es la encargada de supervisar los diferentes departamentos pertenecientes a Palacio y aconseja a la Familia Real en las distintas materias de su competencia. A ello le suma otras funciones ceremoniales y protocolarias que en algunas ocasiones debe realizar en nombre del monarca.
En cuatro lugar presentamos a "Bibi" den Beer Poortugael, quien en la corte de Guillermo y Máxima de Holanda ocupa el cargo de Grootmeestere o Gran Maestra desde hace ocho años. Antes de ser nombrada con este honorífico cargo, por el que no tiene remuneración, desempeñaba la función de dama de honor de los reyes.
Entre sus tareas principales está la de mantener una buena relación entre la Casa Real y los representantes de las organizaciones internacionales con sede en Países Bajos, así como hacer de dama de compañía en algunos viajes o actos a los que acuden los soberanos holandeses.