Parecía que, a pesar del reconocimiento que recientemente obtenía Delphine Boël como hija de Alberto de Bélgica, su encuentro con el ahora ya reconocido hermano, Felipe de los belgas, no iba a llegar nunca. Sin embargo, ha sido más rápido de lo que la mayoría esperaba.
La artista de 52 años ha protagonizado un emocionante encuentro con su hermano, el rey Felipe, que la Casa Real ha querido inmortalizar con el objetivo de normalizar una situación que estaba siendo de lo más incómoda.
"El viernes 9 de octubre nos encontramos por primera vez en el Castillo de Laeken. Fue una reunión cálida. Una extensa y especial conversación que nos ha dado la oportunidad de conocernos. Hablamos de nuestras propias vidas y nuestros intereses comunes. Este vínculo seguirá desarrollándose en un contexto familiar".
Con estas palabras, firmadas por el propio rey Felipe y su hermana Delphine, ambos dejan claro que su relación no ha hecho más que comenzar, y que tienen la intención de que permanezca en el tiempo. Quizá incluso la nueva princesa de Bélgica tenga un pequeño hueco en la agenda institucional, pudiendo acudir a diferentes actos y eventos en representación de la Corona.
Sin embargo, la Casa Real ha querido aclarar que esta relación se mantendrá por el momento en el ámbito privado.
Tras ganar la batalla judicial contra su padre, y conseguir así el título de princesa y los apellidos de la familia, Delphine explicaba que no tiene la intención de utilizarlos a modo personal. "No voy a ir por la calle diciendo que me llamen princesa. Pero si hay alguna organización benéfica o alguna asociación que me necesita y cree que eso puede ayudar, estaré feliz de hacer algo bueno con ello".
[Imágenes: Belgian Royal Palace]