Fue en el año 2013, cuando la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin decidieron poner rumbo a Ginebra para alejarse de todo el escándalo del caso Noos, que finalmente terminó con su marido entre rejas. Entonces, Juan Valentín, Pablo, Miguel e Irene tan solo eran unos niños de entre 13 y 8 años que tuvieron que comenzar de nuevo en el país del centro de Europa.
Sin embargo, siete años después de este momento, las cosas han cambiado en la familia. Todos unos adolescentes, los hijos de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin han decidido seguir su propio camino y salir de Suiza para continuar con su vida lejos de la residencia de su madre. El último en tomar esta decisión ha sido Miguel, de 18 años, quien ha decidido seguir los pasos de sus dos hermanos mayores, quienes ya se encontraban fuera de Ginebra.
El primer en abandonar el domicilio familiar fue Juan, quien vive en Madrid, cerca de la cárcel de Brieva. Una mudanza muy relacionada con su padre, ya que, gracias a la residencia de su hijo, tiene un lugar con arraigo al que regresar cuando le concedan la semilibertad. En la capital de España, el joven trabaja en la fundación de Entreculturas, una ONG jesuíta. El hijo mayor de la pareja ya pasó en el año 2018 un año colaborando en Camboya. Posteriormente estudió un curso en Londres, hasta terminar en Madrid.
Por su parte, Pablo ha decidido seguir los pasos de su padre en el mundo del balonmano. A sus 20 años, el joven se instaló en el año 2018 en Hannover y posteriormente se trasladó a Nantes. En la actualidades se encuentra en Barcelona, donde intenta hacerse hueco en el deporte en el que triunfó Iñaki Urdangarin.
El último en abandonar el domicilio familiar ha sido Miguel, quien cumplió 18 años el pasado abril. Según ha publicado ABC, el joven ha decidido estudiar Ciencias del Mar en Londres, lo que ha hecho que su hermana Irene sea la única que se quede al lado de la infanta Cristina. Juntas viven en Ginebra, alejadas del foco mediático.