Estamos más que acostumbrados a ver a los reyes Felipe VI (55 años) y Letizia (51 años) en todo tipo de eventos. Esta misma semana los monarcas acudieron a la 43 edición de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo-ARCOMadrid o al concierto 'In Memoriam', en honor a las víctimas del terrorismo. También, estuvieron presente en la misa funeral de Constantino de Grecia en Windsor, apoyando a la reina Sofía y el resto de su familia. Por no hablar de los planes privados y sorpresa que les gusta llevar a cabo juntos o por separado.
Sin embargo, hay ocasiones en las que son los reyes los que actúan como anfitriones y organizan lujosas cenas de gala en el Palacio Real para invitados de gran importancia. Unas citas en las que los padres de la princesa Leonor (18 años) aplican trucos infalibles y un protocolo muy especial y concreto. Uno de los primeros (y más llamativos) aspectos que viene marcado para esta tipología de actos son los outfits, ya que solo ciertas prendas y estilos tienen cabida. Mientras que los hombres deben optar por trajes de frac y lucir condecoraciones si es que los tienen, las mujeres han de seleccionar un vestido largo y una tiara.
El día del gran acto, los invitados al Palacio Real realizan un besamanos en el Salón del Trono y, a posteriori, se realiza un recorrido por varias salas, como el Gabinete de Porcelanas o el Gabinete Amarillo, antes de acceder al Comedor de Gala. Será allí donde se disponga el exquisito menú preparado por las cocinas de palacio.
A la hora de preparar la larga mesa de este comedor en la que tiene lugar el banquete, hay varios elementos a tener en cuenta. Primero de todo hace falta montarla en función de los invitados confirmados. "La mesa está formada por varios tablones que se montan en función del número de invitados", relató Javier Hernández, ayudante de gestión, en 'La Razón' hace ya algún tiempo. Una vez la mesa, que puede alcanzar los 35 metros, está prepara se coloca sobre ella "los manteles que previamente se habían planchado", explicó Hernández al citado medio.
Los trucos y secretos en la decoración de la mesa de las cenas de gala de los reyes
Esta superficie tiene capacidad para 121 comensales, los cuales solo cuentan con 57 centímetros de espacio entre ellos mismos y el siguiente invitado. Es por eso que cada pieza y objeto debe estar perfectamente colocada para que la comida suceda de la forma más cómoda posible.
Son los trabajadores de la Zarzuela son los encargados de poner todos los utensilios necesarios y la cristalería de Moser sobre el mantel de hilo bordado. Eso sí, a una distancia muy concreta. Cada plato y cubierto tiene que estar perfectamente alineado. ¿Cómo calculan la distancia? La cuenta de Instagram de Patrimonio Nacional era la encargada de revelarlo: con un cordel.
Así es. Un largo y grueso hilo se extiende "con gran maestría y profesionalidad" de un lado a otro de la mesa. A esto se suma una pieza de madera que también sirve para marcar distancia. Estas dos técnicas permiten crear cuadrículas perfectamente medidas donde colocar los utensilios y que demuestran el gran perfeccionismo que envuelve cada acto de los reyes.
Este procedimiento se lleva a cabo el mismo día del evento, ya que otra de las normas es que los cubiertos, platos de pan, servilletas u otros elementos complementarios deben ponerse en la mesa pocas horas antes de comenzar la cena. Lo último que se coloca son los ocho candelabros, de diez velas cada uno, que se prenden justo antes de empezar la cena.
Después de gozar los riquísimos platos preparados por las cocinas de palacio, se recoge toda la vajilla y se hace un inventario para comprobar que no falte ninguna pieza. Y es que la cubertería que se utiliza para este tipo de cenas tiene mucha historia. Según cuenta 'Semana', los tenedores y cuchillos pertenecerían al reinado de Alfonso XII y los platos tendrían el escudo de los Borbones. Una vez realizado este paso todos los objetos son lavados a mano hasta que quedan impolutos.
La organización de los comensales en las cenas de gala
La alienación de la vajilla no es el único detalle que cuidan de esta mesa. Las sillas que la rodean tienen distintas alturas, siendo las de Letizia y Felipe más altas que las del resto. En este sentido, la organización de los invitados y anfitriones también es importante. En el caso de los padres de la infanta Sofía (16 años) siguen las normas de la mesa francesa, que establece que los anfitriones deben estar en el centro de la mesa.
Las sillas de los monarcas están sacadas de su sitio para indicar a los reyes donde deben sentarse, Además, la silla del rey jamás debe estar de espaldas a la ventana y la reina frente al acceso por donde entran los trabajadores se servicio. El resto de comensales disfrutan de los manjares uno en frente del otro y se sientan en el lugar que les indica la tarjeta que les entregan a la entrada. En dicha circular se les dice la silla exacta y al lado de quien estarán, tal como ha recogido 'Semana'.