Meghan Markle no gana para disgustos. De nuevo un miembro de su familia paterna ha protagonizado un episodio vergonzoso que no ha hecho más que incrementar el conflicto que la duquesa de Sussex mantiene con ellos. El protagonista ha sido su sobrino Thomas Dooley, hijo de su hermano Thomas Markle.
Thomas ha sido arrestado por la policía cuando deambulaba desnudo y drogado por las calles de Hollywood. El joven tan solo llevaba una toalla en la cintura y no dejaba de gritar, alterando así el orden público. La detención no fue nada sencilla. Según cuentan los testigos que presenciaron el momento, Thomas salió corriendo y la policía tuvo que correr detrás de él para poder inmovilizarlo. Y si el hecho ya resulta bochornoso, peor todavía es que haya un video circulando por las redes sociales en el que se visualiza el polémico momento.
Aunque lo de alterar el orden público es un delito considerado menor por el que Thomas podía evitar la cárcel, que saliera corriendo y tuvieran que pararlo agravó la situación e hizo que pasara alguna noche en prisión. Esta misma semana Thomas ha abonado la cantidad de 25.000 dólares que le solicitaban para poder abandonar la cárcel.
Este no es el único disgusto que uno de sus sobrinos le ha dado a Meghan en las últimas semanas. El mes pasado Tyler, el hermano de Thomas, le puso el nombre de Archie a uno de sus cultivos de marihuana, negocio al que se dedica. La intención de ponerle el nombre del hijo de los duques de Sussex no es otra que la de comercializar y beneficiarse económicamente de su tía.
La detención de Thomas llega al mismo tiempo que Harry y Meghan han decidido emprender acciones legales ante el uso inapropiado de algunos medios de información privada relacionada con Meghan y su familia paterna. Todos estos hechos ponen muy complicada una reconciliación y hacen que la mujer del príncipe Harry se mantenga en su firme idea de no presentar a Archie a nadie de su familia paterna.