Nada mejor para acabar el año que contar con dos entrevistas explosivas de dos de los personajes de los últimos meses: Mette-Marit y su esposo, Haakon de Noruega.
La princesa ha visto cómo su hijo Marius Borg, nacido de una relación anterior a casarse con el heredero a la Corona noruega, se convertía en el protagonista de numerosos escándalos. El joven, de 27 años, ha sido denunciado por varias mujeres por presuntos delitos de abuso sexual, así como por episodios violentos. Mette-Marit ha soportado que, a raíz de todas estas informaciones, se cuestione su puesto en la familia real y se ha puesto en duda si, lo mejor para la monarquía del país escandinavo, sería que ella fuera apartada del todo.
Ahora, por primera vez en meses, Mette-Marit toma la voz cantante en una entrevista emitida por el canal noruego NRK, la televisión pública noruega. En ella, la princesa hace balance acerca de este durísimo 2024, que ahora acaba.
“2024 ha sido un año exigente”
Humillación tras humillación, la frágil Mette-Marit, cuya salud se ha resentido en varias ocasiones este año, ha visto cómo su hijo no paraba de acaparar titulares y de acumular denuncias. Quizás, el punto álgido de todo este desencanto maternal llegó cuando vio cómo la policía ordenaba una investigación y búsqueda de pruebas en palacio. Su propia casa. Sin duda, eso debió marcar un momento de absoluta inflexión en ella.
Ahora, con cuidado de no dañar la imagen de su primogénito, y manteniéndose como el único bastión que le queda al joven, ha procurado ser muy cauta en sus primeras declaraciones, aunque ha asegurado que este “2024 ha sido muy exigente”.
‘El año de la familia real’ repasa todos los acontecimientos y vicisitudes que han ocurrido en las vidas de los reyes, así como en las de los herederos a la Corona noruega. Cuando tocó el turno de palabra a Mette-Marit, esta, con tono severo, aseguró que “había sido un año duro. No se puede decir otra cosa. Ha sido muy duro para nosotros”.
La princesa, que, como decimos, también emplea el término “exigente” para referirse a este 2024, asegura que ha necesitado “apoyo profesional del sistema sanitario”. No especifica qué clase de ayuda requiso, por lo que, se podría referir tanto a sus problemas de salud (físicos) como a los psicológicos.
Los problemas de salud de Mette-Marit
En 2018, a la esposa de Haakon de Noruega se le diagnostica una fibrosis pulmonar crónica. Esta enfermedad progresiva provoca en la paciente complicadas crisis que, en alguna que otra ocasión, la han apartado de sus responsabilidades al frente de la Corona.
Esta dolencia provoca daños en las vías respiratorias, especialmente en los pulmones; por lo que, Mette-Marit debe extremar las precauciones cuando la época de virus empieza a hacer estragos. En 2024 se han producido varias de estas crisis que la hicieron tomar la baja y descansar durante algunas semanas.
A estos achaques se suma el estrés al que ha estado sometida por el terrible comportamiento de su hijo mayor. De ahí que, cuando habla de “necesitar ayuda”, lo hace incluyendo a toda su familia. Las denuncias a Marius no es algo que solo han afectado a su madre, sino también a su padrastro, el príncipe heredero, y a sus dos hermanos, Ingrid y Sverre Magnus.
“No creo que hubiésemos sido capaces de soportar una situación así sin esa ayuda, juntos como familia y, al mismo tiempo, mantener nuestras obligaciones para con el pueblo noruego”.
La familia real deslizó a la prensa qué temas se tratarían y cuáles no
No ha sido una entrevista libre. A la periodista que se encargó de realizarla quizás le habría gustado ahondar en por qué “otoño fue especialmente duro” para toda la familia, la fechas en las que los escándalos de Marius se sucedieron. Pero no hubo espacio para el debate.
Tal y como sucede en muchas monarquías cuando sus responsables toman la palabra, estos lo hacen siempre dentro de unos términos previamente pactados. Por ejemplo, desde Palacio se desecharon todas las preguntas que tuvieran implicación directa con el miembro más problemático de toda la prole de la princesa. No querían que los escándalos de Marius ensombrecieran el especial informativo, por lo que todo lo que girase en torno a él fue descartado directamente.
Mette-Marit no parece preparada para hablar con absoluta sinceridad sobre su hijo, de ahí que no se permitieran cuestiones relacionadas con el joven. Todo lo referente al díscolo jovencito ha quedado sostenido en una bruma informativa que su propia familia no parece interesada en aclarar. Quizás, en esta ocasión, piensen que el silencio les beneficia, aunque, en realidad, no hace más que alimentar la semilla de la desconfianza entre el pueblo noruego.