El duque de Edimburgo afronta su segunda semana en el hospital. Hace ya siete días que el marido de Isabel II tuvo que ser ingresado en el centro privado King Edward VII, en el barrio londinense de Marylebone. Desde entonces, la preocupación por su estado de salud no ha parado de aumentar, a la vez que los cruces de informaciones contradictorias sobre cómo se encontraba en realidad se multiplicaban. Por ello, el palacio de Buckingham ha querido salir al paso de todo lo publicado y ha emitido un comunicado al respecto.
“El duque de Edimburgo permanece en el hospital King Edward VII, donde recibe atención médica por una infección. Se siente cómodo y responde al tratamiento, pero no se espera que salga del hospital en los próximos días”, ha asegurado el palacio de Buckingham en la que ha sido la primera actualización sobre su estado de salud desde que ingresó en el hospital. Así, la casa real británica no había aclarado la dolencia que llevó al marido de Isabel II a tener que acudir al centro médico.
Según el comunicado de Buckingham, el duque de Edimburgo se encuentra bien y está recibiendo tratamiento contra una infección. Eso sí, desde palacio no aclaran si la ha contraído en el hospital o el marido de Isabel II tuvo que ingresar en el centro médico precisamente por esta causa.
Lo que queda claro con este nuevo comunicado es que el duque de Edimburgo no está tan bien como se señaló desde el primer momento. Desde la casa real británica se confirmó que había tenido que ser ingresado, pero como “medida preventiva”, aconsejado por su médico, después de que llevara varios días encontrándose mal. Además, lo hizo por su propio pie y sin ayuda de nadie.
Sin embargo, a lo largo de la semana que ha pasado ingresado se han ido sucediendo las informaciones que han hecho saltar las alarmas sobre su estado de salud. En primer lugar, el diario Mirror aseguró que el príncipe Harry se encontraba aislado en su casa de California por si tenía que viajar de urgencia a Reino Unido.
Posteriormente, llegaría la visita del príncipe Carlos. El heredero al trono decidió el pasado sábado recorrer 100 kilómetros solo para ver a su padre en el hospital. Allí pasó media hora antes de abandonar el centro médico con los ojos vidriosos, tal y como captaron los medios gráficos. Una imagen que hizo que la inquietud sobre el estado de salud del duque de Edimburgo se multiplicara.