Llevaba días corriendo el rumor de que iba a ser un discurso distinto. El rey Felipe ha puesto en marcha en el seno de Zarzuela una evidente transformación. Con motivo de su décimo aniversario en el trono, el monarca ha decidido dar un golpe de timón a la estructura de la institución y a la forma de comunicarse. Una monarquía más cercana, comprometida y donde las voces individuales cuentan. Una evidente influencia de la reina Letizia.
Desde que llegasen al trono, tanto el rey como la reina se han puesto manos a la obra para que sus palabras se escuchen. Más allá de las obligaciones institucionales, quieren sentirse útiles. Apoyar causas, acudir a eventos en momentos clave y estar cerca de los ciudadanos. Lo demostraban con su visita privada a Paiporta, la zona cero de la tragedia de la DANA en Valencia. Y ese parece que va a ser el camino marcado.
En esta nueva reforma cogía peso el discurso de Navidad. Es la ocasión del año en la que el rey tiene posibilidad de entrar en todos los hogares y que se le escuche. Un año marcado por los últimos y complicados meses ha terminado en unas Navidades distintas para la Familia Real. Y estos nuevos aires se han notado también en el discurso que ha dado antes de celebrar la Nochebuena.
El mensaje directo del discurso del rey Felipe
Ya son diez años al frente de la Casa Real y dirigiéndose a los ciudadanos en Navidad. El discurso del rey Felipe, como ocurrió también con su padre, ha tenido años donde el interés ha sido mayor. Este era el caso. Ya no solo por lo ocurrido en Valencia hace pocas semanas, sino también por todo el escándalo que rodea al rey emérito. Solo veinticuatro horas antes, Bárbara Rey hablaba sin tapujos de su relación sentimental con el monarca.
El rey algo más nervioso pero con la profesionalidad que ya le da el cargo -y el discurso grabado y repetido al milímetro- ha querido insuflar nuevas energías en tiempos convulsos. La situación social y política en muchos países del mundo es complicada y va calando. Ha sido ahí donde se ha querido detener, además de en los puntos que tradicionalmente suelen formar parte de su discurso.
"Miles de personas vieron como lo que hasta hacía poco era su pueblo, su negocio, su escuela, quedaban reducidos a escombros. Un hecho muy difícil de asumir", aseguraba el rey, empezando el discurso con la tragedia de la DANA. El monarca ha querido hacer referencia a los servidores públicos y a las demandas de los ciudadanos. "Todas esas emociones surgen de una misma raiz, la conciencia del bien común. La exigencia del bien común".
Las Navidades de la Familia Real
Mientras se emite el discurso del monarca, Felipe y Letizia pasan la Nochebuena con sus hijas en Zarzuela. Es una reunión especial ya que ambas se encuentran viviendo de forma ya casi independiente. La princesa Leonor, en el seno de su formación militar, está a punto de embarcarse en el Juan Sebastián Elcano para pasar unos meses en alta mar. La infanta Sofía continúa cursando su bachillerato en Gales como ya hiciese en su momento su hermana mayor.
Junto a los reyes y sus hijas, otros miembros de la familia les acompañan. Es el caso de Paloma Rocasolano, la madre de la reina, que suele acudir a Zarzuela cada Navidad. En esta ocasión se supone que lo ha hecho con su actual pareja. Telma Ortiz, quien también ha pasado Navidades con su hermana, se ha ausentado este año. Una Nochebuena algo más recogida pero igual de familiar que siempre.
Las hermanas del rey, por su parte, se encuentran fuera de España. Las últimas informaciones las sitúan visitando al rey Juan Carlos para pasar unos días en compañía de su padre. La reina Sofía, eso sí, permanece en palacio como suele ser también habitual. La emérita pasa las Navidades con su hermana Irene y recibe la visita de su hijo, su nuera y sus nietas para hacer el oportuno brindis y desearse unas felices fiestas.