La cuarentena obligada por la crisis sanitaria del coronavirus nos ha permitido conocer algunos de los rincones de la residencia de los reyes Felipe y Letizia. Desde sus respectivos despachos, la pareja continúa atendiendo una agenda que ahora se centra en los compromisos y deberes para apoyar la lucha contra el covid-19.
En su despacho, Felipe VI ha mantenido reuniones telemáticas tanto solo como acompañado de su mujer, quien también cuenta con su propia estancia desde el que el pasado martes mantenía una videollamada con el presidente de la Federación de Asociaciones de Personas Sordociegas de España, Francisco J. Trigueros.
Si comparamos ambos despachos, las diferencias son más que evidentes. Felipe VI opta por el clasicismo, con la madera como material principal tanto en el suelo como en el mobiliario. Las obras de arte y los libros son los elementos decorativos predominantes, con un retrato de Alfonso XII presidiendo la estancia.
El soberano cuenta también con una pequeña chimenea, así como con una obra de Salvador Dalí, un globo terráqueo y varias fotografías familiares. No faltan grandes ventanales que colman de iluminación natural la sala, y con la tecnología más puntera para poder realizar todo tipo de encuentros telemáticos a través de una gran pantalla.
Por su parte, la reina Letizia opta por una sala más sobria y moderna, con menos elementos decorativos, lo que le da un aspecto más despejado. Una decoración de líneas puras en las que predomina el blanco ofrecen mucha luminosidad a la estancia, así como la sensación de más espacio.
Ella también trabaja con una gran pantalla desde donde conecta las reuniones y eventos desde su tablet, todo ello sobre una gran mesa redonda con varias sillas acolchadas, de estilo mucho más moderno que las de su esposo.