A punto de cumplirse dos años del fallecimiento de Felipe de Edimburgo, su ducado sigue en tierra de nadie. Tras su muerte, se dio por hecho que este título pasaría de manera automática al príncipe Eduardo, quien ocupó el lugar de su padre cuando este decidió retirarse de la vida pública. Pero no ha sido así... La última palabra la tiene Carlos III y el monarca no está por la labor de "premiar" a su hermano, algo que habría molestado enormemente al conde de Wessex.
Aunque aún no hay nada oficial, tal y como ha revelado la prensa británica el deseo de Carlos III es conceder este ducado a su nieta Charlotte(7 años). ¿La razón? El monarca quiere modernizar su etapa al frente de la corona británica, y qué mejor que dar un paso tan trasgresor que convertir a una mujer en duquesa de Edimburgo, además, por supuesto de darle una mayor relevancia en su posición preferente en la línea de sucesión al trono solo por detrás de su padre y su hermano George. Según afirma el diario Mail on Sunday, esta decisión sería muy bien acogida por parte del pueblo inglés.
George, Charlotte y Louis
Eso sí, tal y como han señalado, no será hasta que Charlotte cumpla la mayoría de edad o, incluso, se case cuando su abuelo le conceda el ducado de Edimburgo a modo de regalo de bodas. Título que se sumaría así al de princesa de Inglaterra que posee desde el momento de su nacimiento.
La faceta más desconocida de Carlos III como abuelo
Gracias a las revelaciones del príncipe Harry hemos podido conocer un poco más al Carlos padre, un hombre serio y estricto que ni siquiera fue capaz de dar un abrazo a su hijo pequeño cuando le comunicó que su madre había muerto. Pero, ¿cómo es como abuelo?
Los que lo conocen aseguran que como abuelo es "amable y besucón". Le encanta pasar tiempo con George, Charlotte y Louis, y sufre mucho la distancia con Archie y Lilibet. La prensa británica apunta a que Charlotte es su favorita, su debilidad. "Es preciosa, esperaba tener una nieta, alguien que me cuide cuando sea muy mayor", confesaba tras su nacimiento en mayo de 2015. De esta faceta tan íntima y desconocida del rey de Inglaterra ha hablado también Camilla Parker: "Mis nietos lo adoran. Él lee Harry Potter y puede hacer todas las voces diferentes, los niños aprecian mucho eso", comentaba con orgullo.