Nunca antes había ocurrido. Los reyes Felipe y Letizia siempre tienen en mente a sus dos hijas. De hecho, la preocupación por mantener una igualdad entre ellas a pesar del papel institucional que tiene la heredera al trono es una constante. O al menos, lo era. Hace ya doce meses, los reyes y la princesa de Asturias cumplieron con una tradición que siempre había sido para toda la familia. Uno de los días más especiales en los que, en aquella ocasión, dejaron de lado a la infanta.
Hasta el año pasado, Felipe y Letizia no habían tenido problema en trasladar la merienda del roscón de Reyes junto a Jesús Ortiz, padre de la reina, para que pudiesen asistir sus dos hijas. Lo celebraban unos días antes de que Leonor se viese obligada a volver a Gales para continuar con su formación académica. Algo que ocurre en muchas familias que deben ajustar sus tradiciones a la disponibilidad que tienen sus miembros. Pero esto no siempre ha sido así.
Los reyes no tuvieron problema el año pasado en acudir a casa de Jesús Ortiz el mismo día 6 de enero. Lo hicieron solo con la princesa Leonor, ya que la infanta Sofía se encontraba ya fuera de España para incorporarse a sus estudios en el college de Gales, como ya hizo su hermana con antelación.
El plantón a la infanta Sofía
Los dos años anteriores no había sido un problema para la Familia Real cambiar la velada junto a Jesús Ortiz antes del día de reyes. Felipe y Letizia y sus hija se reunían con el abuelo de las jóvenes y su actual pareja para comer roscón y entregarse los regalos. Es uno de los momentos más especiales del año y una de las pocas veladas en familia que comparten con el padre de la reina. Con tal de que estuviesen sus dos hijas, daba igual si era el día 6 de enero o un poco antes.
Algo cambió el año pasado. Los reyes sí cumplieron la tradición, acudieron a casa de Jesús Ortiz sobre las seis de la tarde, pero lo hicieron solo con la princesa Leonor. Esta, al encontrarse ya cursando su formación militar no debía abandonar el país, como sí le ocurrió a su hermana Sofía. En esta ocasión, la ausencia de la hija menor de los reyes no fue obstáculo para que el roscón se celebrase en la fecha habitual para los Borbón y Ortiz.
Felipe y Letizia mantienen la tradición
Si hay una tradición inapelable para don Felipe y doña Letizia es la merienda del Día de Reyes, con roscón y regalos incluidos, privilegio de Jesús Ortiz y de su mujer, Ana Togores. Este es, desde que tenemos conciencia, del cierre más especial a las navidades de los reyes y sus hijas. Después de presidir la Pascua Militar, que da comienzo entorno a las 11.30 horas en la Plaza de Oriente del Palacio Real, don Felipe y doña Letizia regresan a casa y a primera hora de la tarde se dejaban ver en la casa de Jesús Ortiz en Pozuelo de Alarcón.
Sin embargo, durante dos años se vieron obligados a alterar esta costumbre. La marcha de Leonor a Gales en 2020 provocó que padres e hijas adelantaran la merienda y desde hace dos años la imagen de Felipe, Letizia, Leonor y Sofía en casa del abuelo es inexistente. Lo mismo pasará este año, y es que todo parece indicar que la familia se reunió hace unos días, antes de que Sofía tuviera que volver al internado.
Así es la relación de Felipe VI con su suegro, Jesús Ortiz
La familia de doña Letizia siempre se ha caracterizado por su discreción y saber estar. En un día de tradición marcado en rojo, nos preguntamos cómo es la relación de Felipe VI con su suegro. A lo largo de los años se ha hablado mucho sobre la relación que la Reina mantiene con su familia política pero, ¿y Felipe?
Son pocos los detalles que se conocen de esa faceta de suegro y yerno, pero solo hay que ver la conexión que existe entre ellos en los escasos actos públicos que comparten para comprobar que su relación es inmejorable. Desde el inicio de su relación, don Felipe tuvo una relación cercana con la familia de su mujer, así lo reveló la desaparecida Menchu Álvarez del Valle, y es que el entonces príncipe se vio embriagado por la naturalidad de una familia de a pie.
Para doña Letizia era imprescindible que su marido y su madre tuvieran una buena sintonía, y así fue. Una gran conexión que se extrapoló también a su padre. Si hay algo que ha apreciado don Felipe a lo largo de los años ha sido la lealtad y la discreción de su suegro, algo imprescindible para él y que le ha ayudado a crear un vínculo muy fuerte con Jesús que mantiene en la actualidad.