Visto y no visto. Mientras que Carlos III (74 años) y Camilla (75 años) salían a saludar desde el balcón de Buckingham Palace, Letizia (50 años) y Felipe (55 años), a toda velocidad, se cambiaban de ropa en la embajada española y cogían un coche hacia el aeropuerto. Se habló de que los representantes del resto de casas reales acudirían a un pequeño almuerzo celebrado por cortesía del Primer Ministro británico, pero ahora ya sabemos que los monarcas españoles se lo han perdido. La obligación manda.
A eso de las cuatro de la tarde, hora peninsular, Letizia y Felipe eran vistos abandonando la embajada española. El matrimonio se cambiaba de ropa y partía en dirección a uno de los aeropuertos londinenses, desde donde cogerían su avión privado, que les traería a Madrid de regreso. No había tiempo que perder, puesto que el monarca debe estar esta noche en Sevilla con motivo de la final de la Copa del Rey. Evento al que no acudirá solo, puesto que la más joven de sus hijas, Sofía, le acompañará. Y es que a la adolescente le encanta el balompié, por lo que no quería perderse esta oportunidad de disfrutar de uno de los partidos del año.
Felipe y Letizia, 24 horas en Londres
El matrimonio real ha estado 24 horas en territorio británico. Una visita exprés. Ayer llegaban con el tiempo justísimo para asistir a la pequeña recepción que Carlos y Camilla habían ofrecido para sus invitados extrajeros más especiales. Una vez más, Felipe y Letizia, que tiene una gran complicidad con el rey de los ingleses, se mostraron cómodos y felices de poder asistir a este acto histórico.
Para esta recepción, Letizia se decantó por uno de sus colores menos repetidos, el verde. Lució una creación de la diseñadora más ‘british’ de su vestidor, Victoria Beckham. Un vestido oliva, de corte midi y mangas abiertas, para presumir de brazos; altísimos zapatos de tacón y cartera azul noche.
Esta mañana, a eso de las diez de la mañana, los reyes salían de la embajada española, el epicentro de sus movimientos en estas 24 horas. Él lucía el traje de gala que reserva para las grandes ocasiones, con el Toisón de Oro y la condecoración que recibió en uno de sus últimos encuentros con la casa real británica; mientras que Letizia ha lucido un look rosa chicle, con cuerpo péplum, falda midi y pamela que ha despertado toda clase de comentarios.
A diferencia del viernes, que los monarcas llegaron en aviones separados, esta vez se han marchado juntos. Ayer, las obligaciones de Felipe le llevaron hasta Lugo, donde debía participar en la entrega del Premio de Investigación Científica, que otorga la Fundación Princesa de Girona. Nada más finalizar el acto, voló hasta tierras británicas. Para entonces, Letizia ya estaba en suelo londinense.
El matrimonio se ha cambiado a toda prisa y han salido de la embajada con looks más relajados. Letizia se ha dejado ver con una gabardina en color camel, perfecta para el tiempo que les acompañaba. Y es que este 6 de mayo, Londres se ha despertado lluvioso, un hecho que ha empañado la celebración de la coronación pues hoy estaba previsto que la gente, a lo largo de todo el país, disfrutara de picnics y encuentros al aire libre. En el caso de la capital, lo han tenido que hacer con paraguas y chubasqueros mediante.
De Londres… ¡a Sevilla!
Una vez estén en suelo patrio, Felipe continuará con su viaje. Y lo hará con una compañera muy especial, su hija menor. Sofía le acompañará a Sevilla para acudir juntos a la final de la Copa del Rey. Por su parte, Letizia, no viajará con ellos y les esperará en Madrid. Descansando de estas ajetreadísimas 24 horas en las que no han parado.