Charlene de Mónaco, la razón por la que fue declarada como ‘la princesa triste’

Durante la ceremonia religiosa se pudo ver en varias ocasiones cómo caían las lágrimas por el rostro de Charlene de Mónaco

Lucía Camino

Periodista especializada en Casas Reales

Actualizado a 15 de mayo de 2023, 15:00

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La historia de amor de Charlene de Mónaco (45 años) y el príncipe Alberto (65 años) siempre ha estado en el punto de mira. El hijo de Rainiero y Grace Kelly fue considerado uno de los grandes solteros de oro en el panorama monárquico europeo durante muchos años, sin haber estado casado tuvo varios hijos con un par de mujeres pero conoció a Charlene Wittstock y el heredero al trono quiso sentar la cabeza y casarse. 

Los matrimonios suelen ser motivo de alegría por lo menos para los novios, las familias ya son otro cantar, pero en el caso de Charlene  y Alberto tanto su noviazgo como el día de la boda fue uno de los días en los que la princesa de Mónaco parecía más triste. Por este motivo se ha rumoreado durante muchos años que podría haber sido "obligada" a casarse con el royal. 

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¿Qué desencadena la historia de 'la princesa triste'?

Durante el noviazgo de Charlene con Alberto los rumores de crisis entre ellos iban y venían, la prensa tanto nacional como internacional se iba haciendo eco de los avances y los desencuentros de su relación. La nadadora y el royal tenían una muy buena relación de pareja hasta que descubrió que Alberto podría haberle sido infiel mientras estaban juntos y que de esa relación había nacido un hijo. 

El enfado de la sudafricana fue tal que quiso anular el compromiso e incluso la boda, así lo publicaron algunos medios franceses. El periódico L' Express publicó a tan solo tres días de la boda que Charlene había intentado salir del país pero que había sido retenida para evitar que se marchara a Sudáfrica sola. 

Los rumores acerca de lo que pasó son dantescos y es que supuestamente, el príncipe Alberto habría confiscado el pasaporte de Charlene para que no lo abandonara y que después hizo que firmara un contrato en el que la obligaba a casarse con él durante un periodo de tiempo fijo y a cambio de esa concesión, ella recibiría una cuantiosa cantidad de dinero. 

Cuando estas informaciones comenzaron a circular en la prensa francesa fue cuando el heredero al trono tomó cartas en el asunto y puso a trabajar a uno de sus amigos más íntimos que es abogado, Thierry Lacoste. Su estrategia consistió en utilizar un medio afín a ellos, Le Figaro, para dar su versión de los hechos

Este abogado ya había actuado previamente en nombre del monarca monegasco cuando se concedió a este medio una entrevista en 2006 hablando sobre la paternidad de Alberto de una joven californiana de 14 años. 

Las intenciones del abogado es que toda las informaciones publicadas al respecto sobre la posible huida de Charlene de Mónaco quedaran silenciadas alegando: "Esto es un rumor, una ilusión en la que todo está mal, es como el SIDA de Isabelle Adjani".

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Charlene, 'la princesa triste'

Con este contexto, el 1 de julio de 2011, Charlene caminó hacia el altar para casarse con Alberto y ese día, la princesa de Mónaco no tenía un semblante feliz y contento, más bien parecía abatida y triste. Esto se añadió a que en buena parte de la ceremonia y a la salida de la iglesia, Charlene estuvo llorando de manera fluida. No unas lágrimas de emoción, sino que se podían ver cómo las lágrimas inundaban su cara. 

Este gesto añadido a los rumores sobre su supuesta intención de abandonar a Alberto solo siguió alimentando el círculo de informaciones que afirmaban que ella no quería casarse. En el momento, la royal no quiso comentar nada, pero más tarde sí que ha hecho un par de declaraciones al respecto. 

"Es una vergüenza que este tipo de rumores salgan en tan mal momento, creo que el objetivo era sabotear una ocasión grandiosa. Son mentiras descaradas", afirmó Charlene a Vogue Estados Unidos. Unas palabras que terminaron cayendo en saco roto. Tiempo después intentó dar su versión de los hechos en un medio francés, Paris Match, donde afirmó que se había enterado de su supuesta huida mientras estaba haciendo las últimas compras para el día de su boda y que después de que saltara esa noticia comenzó a recibir llamadas de preocupación por parte de su círculo más cercano. Actualmente el matrimonio sigue casado y tienen dos hijos en común.

 

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