Charlene de Mónaco deslumbra con un vestido de alfombra roja y diamantes en el cierre del Festival de Montecarlo

Charlene de Mónaco ha brillado en la entrega de los Premios Nymphes D’Or, que ella misma presidía, y n medio de la clausura del Festival de Montecarlo de televisión en el Fórum Grimaldi.

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Rebeca Alonso

Redactora digital de Lecturas

Charlene
GTRES

Si hace unos días era el príncipe Alberto quien inauguraba el icónico festival de Montecarlo en compañía de sus sobrinos Louis Ducruet y Camille Gottlieb, este martes era Charlene de Mónaco (45 años) la encargada de presidir el acto de clausura de esta 62º edición en el que se ha hecho entrega de los galardones en el Fórum Grimaldi.

En toda gala que se precie, Charlene de Mónaco ha sacado a relucir sus mejores galas aunque sin dejar de lado ese estilo sobrio al que nos tiene acostumbrados en los últimos tiempos. Considerada una de las royals que más gasta en ropa, la sudafricana estrenaba un imponente diseño de alfombra roja en color azul noche con acabado metalizado. Un modelo sin mangas con cuerpo ajustado, favorecedor escote esmoquin y voluminosa falda en forma de A con un corte frontal que le sentaba a las mil maravillas.

Charlene de Mónaco
Cordon Press

Al margen del vestido, merece la pena hacer una mención especial a las imponentes joyas con las que conseguía elevar su look de gala a lo más alto. Charlene es poco dada a alardear de ese lujo que siempre ha rodeado a la familia real de Mónaco, pero esta vez hacía una excepción a través de un conjunto de gargantilla y pendientes de diamantes. La sudafricana estrenaba un gran collar terminado en pico plagado de brillantes y topacios de color amarillo, una pieza que realzaba su escote y que combinó con unos largos pendientes y pulsera a juego.

Louis y Marie Ducruet arropan a la princesa Charlene

Aunque no cuentan con una agenda oficial, es común que Louis Ducruet (30 años), hijo de Estefanía de Mónaco, participe en muchos de los actos más señalados del Principado. Acompañado por su mujer Marie, quien optó por un bonito vestido de inspiración boho chic con transparencias y bordados de lentejuelas, el matrimonio dejó a la pequeña Victoria en casa para disfrutar de una noche de televisión en compañía de la primera dama con quien, a juzgar por las imágenes, mantienen una buena relación.

Charlene, Louis y Marie

Louis y Marie acompañan a Charlene en la clausura del Festival de Montecarlo

GTRES

La realidad es que el distanciamiento con sus cuñadas dista mucho de la conexión que Charlene muestra con sus sobrinos. Cabe recordar como hace solo unas semanas se fundía en un cariñoso abrazo con Carlota Casiraghi.

El motivo de la ausencia de Alberto de Mónaco

Ha llamado la atención que haya sido Charlene, en solitario, quien haya presidido la clausura del festival del que Alberto es presidente de honor, pero hay una razón de peso que justificaba su ausencia.

El soberano ha viajado a Nueva York en compañía de su hermana Estefanía y su sobrina Camille con motivo de la celebración de la reunión de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, algo en lo que toda la familia Grimaldi está muy comprometida. Esta cita ha coincidido con el 30º aniversario del ingreso de Mónaco en la ONU.

El paso al frente de Charlene como primera dama de Mónaco

Atrás quedaron esos meses en los que Charlene era la gran desconocida para el pueblo monegasco. Completamente recuperada de la dolencia que le llevó a estar un año completamente retirada de la vida pública, la mujer del príncipe Alberto ha recuperado su actividad institucional por completo. 

Charlene de Mónaco
Cordon Press

Antes hubiera sido impensable que Charlene ocuparía el lugar de su marido en un acto como ha hecho en la noche de este martes en el Festival de Montecarlo. Además, la sudafricana ha multiplicado su presencia en diferentes actos públicos en los que también ha tenido la oportunidad de coincidir con otros miembros de la familia Grimaldi con los que siempre se ha dicho que no guarda una buena relación. Sea como fuere, la ex nadadora se encuentra en un momento muy dulce no solo en lo relativo a su vida profesional sino también en la personal gracias a la reciente mudanza de sus padres al Principado, el cariño de sus hijos y, por supuesto, su marido, una relación siempre en entredicho.