La Casa Real de Holanda se opone a la deforestación del bosque colindante con el Palacio de Soestdijk

El enclave en el que la reina Juliana y el príncipe Bernhard vivieron durante más de seis décadas tiene un enorme valor sentimental para la familia de los Orange

Beatriz de Holanda
Gtres

La Casa Real de Holanda ha protagonizado unas escenas que recuerdan mucho al inolvidable episodio que protagonizó Tita Cervera al esposarse a un árbol en el Paseo de la Castellana para evitar su tala. Tanto la princesa Beatriz como Irene y Margarita -tías del rey Guillermo-, han manifestado públicamente su oposición a la última decisión que ha tomado el Gobierno.

Ha sido en el Palacio de Soestdijk, el lugar en el que la reina Juliana y el príncipe Bernhard vivieron durante más de seis décadas, hasta su fallecimiento en 2004, y donde nacieron sus tres hijas menores, por lo que el enclave cuenta con un enorme valor sentimental para la familia de los Orange.

Beatriz de Holanda
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En 1971, la edificación pasó a manos del Estado, permaneciendo totalmente vacío y sin uso desde que murieron los antiguos reyes, razón por la cual Beatriz y sus hermanas no tienen ni voz ni voto en el asunto. Aún así, ellas han querido demostrar su descontento ante la empresa que tiene la propiedad de los terrenos desde 2017, que ha decidido construir viviendas y un hotel en la finca asociada al Palacio, con un plan urbanístico que se está debatiendo estos días y que supondría la eliminación de la mayor parte de los bosques que rodean la residencia real.

Beatriz de Holanda
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"Estamos muy sorprendidas al leer que los nuevos propietarios de la finca Soestdijk quieren atacar a los viejos bosques y usar el terreno vacío para construir nuevas viviendas. Nuestra abuela y madre otorgaron gran importancia a la preservación del bosque tanto como fuera posible; esa fue también la razón por la cual se estableció en el contrato de arrendamiento en ese momento. La tala de árboles es indeseable", han manifestado rotundamente las hermanas al ser consultadas por el ayuntamiento de Baarn.

Una situación que, por el momento, continuará en el aire y que probablemente de mucho más que hablar, no solo entre los miembros de la Casa Real, sino también por parte de los ciudadanos que habitan en las inmediaciones de Palacio, quienes cuentan con opiniones e intereses muy dispares.