Carolina de Mónaco, rota en el último adiós a su suegra, Fernanda Biffi Casiraghi, arropada por sus hijos

Carolina de Mónaco ha reaparecido en el funeral de su suegra, Fernando Biffu Casiraghi, madre de su segundo marido y abuela de sus tres hijos Pierre, Andrea y Carlota

JC
José Confuso

Director digital de Lecturas

Carolina de Mónaco
Cordon Press

Carolina de Mónaco reaparecía en la basílica de Santo Stefano para dar el último adiós a su suegra, Fernando Biffi, madre de Stéfano Casiraghim, segundo marido de la princesa. Arropada por sus hijos Pierre y Andrea y su nuera Beatrice Borromeo, la hija de Raniero de Mónaco no podía evitar los gestos de dolor en este complicado momento. Fernanda Biffi fallecía en Italia a los 99 años, tal y como confirmaba la familia.

“Mamá tuvo grandes alegrías y grandes tristezas, pero era una mujer que creció en tiempos de guerra, capaz de afrontar la vida con valentía a pesar de sus espinas. Nos dejó a todos, ejemplos y momentos que siempre recordaremos”, escribía su hijo Marco en el periódico 'Il Corriere della Sera'. Una despedida que no por esperada ha sido menos dolorosa para Carolina de Mónaco. La relación con la abuela de sus tres hijos ha sido constate.

Tras la repentina muerte de Stéfano Casiraghi en un accidente, Carolina y Fernanda continuaron manteniendo un contacto estrecho. De hecho, la propia princesa de Mónaco ha querido despedirse de su suegra arropada por sus dos hijos, Pierre y Andrea. Junto a Carlota, han publicado su propia esquela en el periódico para dar su lugar a la que fue una de las figuras clave en la vida de la hermana de Alberto de Mónaco.

Rota en el funeral

La noticia el fallecimiento de Fernando Biffi encontraba a Carolina fuera de Mónaco. La hija de Grace Kelly viajaba inmediatamente hasta Italia para poder acudir a dar el último adiós a la madre de su segundo marido. También lo hacían Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo. La nuera de la princesa ha sido uno de sus grandes apoyos. Pierre y Beatrice ejercían de cabeza de familia en el funeral de su abuela.

Pierre Casiraghi

Pierre Casiraghi junto a Beatrice Borromeo en el funeral por su abuela

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En un plano algo más discreto, Andrea Casiraghi. El hijo de Carolina de Mónaco ha dejado ya de lado su etapa más convulsa para llevar una vida algo más sosegada. Los hijos de la princesa son la viva imagen de la monarquía monegasca. La tristeza se notaba en sus abrazos con el resto de familiares y seres querido de la madre de Stéfano Casiraghi.

La muerte de su padre fue un duro golpe para los tres. En la memoria colectiva, las lágrimas de Carolina de Mónaco, completamente rota, al tener que despedir a su marido. Un accidente acababa con la vida del que era el amor de su vida y el padre de sus tres hijos. La princesa guardó luto durante más de un lustro en memoria del deportista.

La dura historia de Stéfano Casiraghi

La muerte de Fernando Biffi ha vuelto a traer a la memoria tanto de Carolina como de sus hijos uno de los momentos más duros de su vida. La hija de Grace Kelly conoció al empresario y deportista en 1982 a través de unos amigos comunes. El flechazo fue instantáneo aunque tardaron unos meses en confirmarlo. De hecho, Carolina ya estaba embarazada cuando, por fin, se oficializó el romance. Iba a ser la gran historia de amor de su vida.

Un año después se casaron. Fue la boda más esperada en el Principado. La pareja tenía éxito, era muy querida y supuso el soplo de aire fresco que necesitaban tras el fallecimiento de Grace Kelly. Carolina y Stéfano tuvieron tres hijos, Pierre, Andrea y Carlota. Eran una familia casi perfecta, con todo el glamour que siempre ha derrochado Mónaco. Pero la historia iba a truncarse poco después.

Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo
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La desgracia volvía al Principado tras la muerte de Grace Kelly. En 1990, cuando Casiraghi estaba participando en una competición con su embarcación, un accidente provocaba su muerte instantánea. Su copiloto lograba sobrevivir pero el marido de Carolina de Mónaco fallecía en minutos. El golpe fue tremendo para todos. La princesa se encontraba destrozada. Sus tres hijos eran muy pequeños y la sombra de la muerte volvía a oscurecer sus vidas.