Las calles de Roma se han convertido en una pasarela improvisada con motivo de la boda de Nikolaus y Vanina, amigos íntimos de la familia Casiraghi. Carolina de Mónaco llegaba a la Basílica de San Lorenzo acompañada por su hija Carlota Casiraghi y Tatiana Santo Domingo, mujer de Andrea. Un despliegue de estilo y sofisticación que no pasaba desapercibido para nadie.

Convertida en una de las mujeres más elegantes del mundo, no es ningún secreto que Carlota Casiraghi ha heredado la clase y elegancia innata de su madre y si por separado causan sensación allá por donde van, juntas forman un tándem insuperable.