Cuando el príncipe Andrés decidió hace unos días retirarse de la vida pública, su hermano el príncipe Carlos se encontraba de viaje oficial por Nueva Zelanda. Hasta ahora parecía que el heredero al trono estaba ajeno a la polémica que envuelve a su hermano y que tan preocupada tiene a su madre. Pero si algo tiene Carlos de Inglaterra es que es un hombre discreto, y lo ha vuelto a demostrar al gestionar la situación sin hacer ruido. Porque el padre de Guillermo y Harry de Inglaterra se ha encargado de tomar las riendas del caso conocido como Andrewgate y está tomando decisiones muy importantes.
Para llevar a cabo su estrategia el príncipe Carlos ha contado con otra de las personas más discretas de la familia real británica. Nada más llegar de su periplo por Nueva Zelanda el marido de Camilla de Cornualles ha puesto rumbo a Sandrigham, lugar en el que vive su padre Felipe de Edimburgo. Lo ha hecho con la intención de hablar con él, de conocer su opinión y de establecer el camino a seguir durante los próximos meses.
La intención del príncipe Carlos es encargarse de la mayor parte de actos oficiales de la corona británica y demostrar así que está más que preparado para reinar. Dentro de un año y medio tendrá lugar una fecha muy especial, el 95 cumpleaños de Isabel II. La intención de Carlos de Inglaterra es que a esa edad su madre se retire y pasar él a ocupar el trono.
La crisis que ha llegado a la familia real británica con el escándalo del príncipe Andrés ha hecho que a Carlos de Inglaterra le entre más prisa por ser rey. Cree que es necesario renovar la imagen de la corona británica, que su madre descanse y que su hermano deje de formar parte de la familia real.