Carlos III (75 años) se ha reunido por primera vez con el primer ministro de Reino Unido tras el anuncio de su cáncer. El monarca, que supuestamente ha estado continuando con sus labores entre bambalinas, ha tenido una larga conversación en la que ha dejado claro lo importante que ha sido para él los mensajes de apoyo que ha recibido a lo largo de estas semanas. Visiblemente más delgado y con las manos muy hinchadas, el Rey se ha enseñado uno de sus lados más desconocidos. Y es que todas esas palabras de afecto han hecho que el monarca se muestre más vulnerable que nunca.
Es la primera vez que el Rey cumple con esta audiencia desde que fuera diagnosticado con cáncer. Eso sí, a pesar de que el tumor fuera detectado cuando estaba siendo tratado por un agrandamiento benigno de la próstata, el monarca siempre ha querido que la imagen de la Corona tuviera la máxima normalidad posible. Una ausencia en la que Camila y Guillermo han dado un paso al frente para poder echarle una mano.
"Bueno, todos estamos detrás de usted. El país está detrás de usted", ha dicho el primer ministro a Carlos, que se ha emocionado y ha reconocido que nota en cada momento el calor que le manda todo el país. "He recibido tantos mensajes y tarjetas maravillosas. La mayor parte del tiempo me hacen llorar", ha confesado.
No es la primera vez que el padre de Harry y Guillermo agradece a los habitantes de su país. Pocos días después de recibir uno de sus tratamientos el Rey mandó un mensaje a través de la Casa Real para dejar claro lo conmovido que estaba tras haber recibido tantos mensajes.
El padre de Guillermo y Harry ha reaparecido' en las redes sociales oficiales de la Casa Real para agradecer a todos el apoyo recibido tras el anuncio de su cáncer. "Me gustaría expresar mi más sentido agradecimiento por los numerosos mensajes de apoyo y buenos deseos que he recibido en los últimos días. Como sabrán todos aquellos que han sido afectados por el cáncer, esos pensamientos amables son el mayor consuelo y aliento", comenzaba diciendo Carlos III en este comunicado. "Es igualmente alentador escuchar cómo compartir mi propio diagnóstico ha ayudado a promover la comprensión pública y a arrojar luz sobre el trabajo de todas aquellas organizaciones que apoyan a los pacientes con esta enfermedad y sus familias en todo el Reino Unido y el resto del mundo", dijo con orgullo el monarca sobre lo que ha significado sincerarse. "Mi admiración de toda la vida por su incansable cuidado y dedicación es aún mayor como resultado de mi propia experiencia personal", concluía junto a una fotografía en la que saludaba a varios enfermos de un hospital.
La normalidad de la Casa Real británica
A pesar de que sabemos que su trabajo en la Corona ha pasado a un segundo plano por la gravedad de la enfermedad, según nos ha contado una psicóloga experta, el monarca no para de darle vueltas a uno de sus sentimientos. Según ha contado una fuente muy cercana a la familia real británica a la edición estadounidense de '¡Hola!', "su sensación predominante es frustración por decepcionar a la gente porque tiene y tendrá que cancelar una serie de compromisos planeados".
"Hará todo lo que pueda para tomarse en serio el programa de tratamiento para volver a estar en plena forma lo antes posible y así minimizar la cantidad de problemas que pueda acarrear su situación personal en su papel como jefe de la nación y del Estado", explican en el citado medio, donde también dicen que Guillermo ya es muy consciente de que en algún momento no muy lejano se convertirá en Rey de Reino Unido. "Creo que ciertamente se ha dado cuenta de lo que tiene encima. Sabe el peso que tiene sobre hombros. La expectativas están sobre el marido de Kate Middleton y él debe sentirse como Su Majestad la Reina Isabel cuando tenía 25 años, siendo catapultado de repente a este trabajo que lo consume todo", comenta el experto real Robert Jobson.