Carlos III ha pisado por fin los pasillos del castillo de Sandringham. Desde que falleciera la reina Isabel II, el rey se había desplazado a Balmoral, pero no lo había hecho hasta esta finca en la que la familia real británica ha vivido tantos momentos mágicos, ya que es ahí donde celebran cada año la Navidad. Algo que ha decidido hacer este pasado fin de semana en solitario, mientras la reina consorte Camilla disfrutaba de unos días con amigas en la India.
En concreto, Carlos III ha pasado el fin de semana en esta finca de Norfolk. Tras hacer frente a sus últimos actos oficiales de la pasada semana, el soberano se desplazó hasta este lugar tan especial, en el que la familia real británica celebra cada año las navidades. Allí se dejó ver el pasado domingo, cuando acudió muy sonriente a la iglesia de Santa María Magdalena para asistir a la misa de la mañana, según ha publicado la revista 'Hello!'
Una visita que el rey Carlos III ha realizado en solitario, ya que Camilla ha aprovechado este pasado fin de semana para desplazarse hasta la India junto a un grupo de amigas. En concreto, según ha informado 'Times of India', la reina consorte llevaría desde el pasado jueves en el país en el centro Soukya, especializado en homeopatía.
El regreso de Carlos III que llega en mitad de las especulaciones sobre el posible cierre del negocio de cría de caballo de Isabel II en el lugar. De hecho, la pasada semana, Carlos III puso a la venta casi un tercio de los caballos de carrera que su madre tiene en la finca y una fuente cercana ha asegurado al ‘Mail on Sunday’ que las operaciones de la empresa se están reduciendo.
Buckingham no será residencia oficial
La visita de Carlos III a Sandringham se ha producido en una semana en la que ‘The Sunday Times’ ha publicado que el soberano no tiene ninguna intención de convertir el palacio de Buckingham en su residencia habitual, sino que continuará en Clarence House, la señorial vivienda en la que ha estado durante los últimos 20 años.
Según una fuente cercana a Carlos III, el monarca ha considerado los enormes gastos que supondría una mudanza y el efecto negativo que esto tendría sobre el medio ambiente, por lo que cree que “no es adecuado para el mundo moderno”.