El 2020 comenzó con un duro golpe para don Juan Carlos y era la muerte de su hermana Pilar. La infanta fallecía a los el 83 años en Madrid tras meses de lucha contra el cáncer. Su amabilidad y cortesía con la prensa la catapultó como uno de los miembros más queridos de la familia real para los medios y es que sus declaraciones sobre su hermano, cuñada o sobrinos se convertían en titulares de lo más controvertidos.
Fue en su despedida en El Escorial la última vez que don Felipe y doña Letizia coincidieron públicamente con don Juan Carlos en un acto oficial, una imagen que promete no volver a repetirse nunca. A partir de ahí, parece que la ausencia de doña Pilar supuso el comienzo del declive del rey emérito y es que solo dos meses después Felipe VI rechazaba su herencia y le quitaba la asignación económica.
Este viernes se cumple un año de su desaparición, 365 días en los que la Familia Real ha vivido momentos muy delicados poniendo en jaque el futuro de la Corona. El rey emérito decía adiós a España tras 58 años en el Palacio de la Zarzuela: "Una decisión que tomo con profundo sentimiento, pero con gran serenidad", decía en sus últimas palabras a la nación a través de un comunicado.
Doña Pilar fue para su hermano pequeño un apoyo incondicional, no dudaba en sacar la cara por él y se convirtió en la mejor consejera, sin obviar su lado crítico. No cabe duda de que el el rey emérito, desde su retiro en Abu Dabi, echará mucho de menos el consuelo de su hermana, sobre todo ahora cuando su pasado, presente y futuro se ha resquebrajado por completo.