Es habitual ver a Alberto de Mónaco asistiendo a los partidos de fútbol o baloncesto, así como a otras competiciones deportivas como la Fórmula1, el atletismo o el rugby. Y más habitual es aún es ver cómo el soberano acude sin la compañía de su mujer, la princesa Charlene, con quien cada vez comparte menos agenda.
Precisamente esta misma semana la sudafricana se convertía en la gran ausente a la tradicional cita anual que los Grimaldi tienen con el Festival de Circo de Mónaco, un evento impulsado hace años por la icónica Grace Kelly. Pero en esta ocasión el soberano no acudía solo a la Primera Liga francesa en el estadio monegasco Louis-II.
Junto a él se asomaban en el palco real su hermana Estefanía acompañada por su hijo Louis Ducruet y la esposa de este, Marie Chevallier. Los jóvenes, que contrajeron matrimonio el pasado verano, están realizando numerosas apariciones públicas juntos durante los últimos meses, señal de que el Principado quiere otorgar más importancia a sus figuras ahora que los hijos de Carolina de Mónaco están más ausentes que nunca.
Tampoco se ha visto a los pequeños Jacques y Gabriella, los hijos de Alberto y Charlene, desde su pasado cumpleaños en diciembre, en el que soplaban velas por sus cinco años en una fiesta tan auténtica como divertida, rodeada de pitufos y en presencia de sus padres. Tal y como comentaban sus progenitores en recientes entrevistas, la inclusión de sus mellizos en la agenda pública se realizará de manera muy lenta ya que no quieren que se vean abrumados por la expectación y los medios de comunicación.
De momento, Mónaco no tiene prevista ninguna cita importante hasta el próximo Baile de la Rosa en el que, además de no contar con la presencia de los niños, tampoco se espera a una Charlene que hace años que no asiste a esta cita monegasca. El evento, de carácter solidario, se celebra con la llegada de la primavera y se trata del compromiso social más importante del Principado en el que se reúnen hombres de negocios, celebrities y la Familia Real con la princesa Carolina como protagonista absoluta.