El gesto que delata el tremendo esfuerzo que tuvo que hacer Letizia en el restaurante de Zaragoza tras la jura de bandera del rey Felipe

El restaurante Aura de Zaragoza fue el enclave en el que los Reyes y Leonor disfrutaron de una velada perfecta la jura de bandera de Felipe VI. Te contamos los detalles

Adrián López
Adrián López

Redactor digital de Lecturas

Leonor, Felipe y Letizia
Twitter @CasaReal

Felipe VI (56 años), Letizia (51 años) y Leonor fueron los grandes protagonistas del pasado sábado 4 de mayo, cuando la familia real acudió a la Academia General Militar de Zaragoza para conmemorar el 40 aniversario de la promoción del Rey con un acto en el que juró bandera por tercera vez. Tras el protocolario evento, los monarcas acudieron al restaurante Aura, un complejo de grandes dimensiones con más de siete espacios con diferentes capacidades en la ciudad aragonesa en la que se realizó la posterior celebración. 

Sin acceso para la prensa, el evento reunió a numerosas personalidades militares y a sus familiares, pero hasta ahora no se habían conocido los detalles de esta "recepción con bebida y una comida ya sentados", tal y como apunta 'Semana'. "Ayer tuvimos el honor de acoger la visita de la familia real a nuestro complejo. ¡Un día memorable! Gracias por la confianza depositada en nuestro equipo. Siempre será un placer recibirles", escriben desde las redes sociales del local, situado a menos de diez minutos en coche del centro y con unas espectaculares vistas a la Catedral basílica de Nuestra Señora del Pilar. 

Según ha revelado el citado medio, fue "un evento privado, organizado por la Academia. Fue posteriormente cuando se confirmó la asistencia de los Reyes. Se hizo una recepción con bebida y un menú en mesa". Llegando en sus vehículos oficiales y con su respectivo equipo de seguridad (al contrario que el resto de invitados que llegaron en autobuses), Felipe y Letizia fueron sin duda los grandes protagonistas de la velada junto a su hija Leonor. De hecho, desde el establecimiento destacan la simpatía y buen hacer de todos ellos: "Se mostraron muy afables, cercanos con todo el mundo. Se pidió que no se hiciera ninguna distinción". 

Conociendo ya que sufría una lesión en la falange proximal del dedo central derecho, Letizia demostró una vez más el gran aguante y fuerza que tuvo en este evento. Y es que parece que pudiendo hacer alguna petición especial para estar más cómoda y no hacerse más daño, la Reina "no pidió ningún taburete ni silla. No nos dimos cuenta del dolor de pies que tenía". 

Pero no solo eso, sabiendo lo amantes que son nuestros Reyes de la vida y la gastronomía fitness, Felipe y Letizia no quisieron causar ninguna molestia y probaron todo lo que se sirvió en la celebración. "Era un menú cerrado porque era mucha gente. Se sirvieron vinos aragoneses. Como platos principales había un canelón de merluza y gambas con salsa americana, además de una carrillada de cebón a la garnacha, que es una salsa de vino tinto. De postre se ofreció un único plato que era una torrija de brioche con chocolate blanco", explican desde el local zaragozano. 

Con un tiempo envidiable, razón de más por la que el evento se pudo hacer al aire libre y con unas preciosas vistas a la ciudad, el evento fue amenizado por un grupo de musica que cantó y tocó los principales temas del momento. Un baile que pudieron disfrutar tanto Leonor como el resto de cadetes que allí estuvieron. "Sonó música comercial. Había un grupo de música que no era conocido. Prefiero no decir el nombre porque no cuento con su permiso", cuentan desde el citado medio. Sin duda un momento en el que se pudo ver la gran relación que tienen los Reyes con su hija. Y es que una vez más la complicidad que existe entre ellos y los gestos de orgullo no faltaron. 

Este evento militar es uno de los últimos que va a vivir Leonor en Zaragoza, ciudad testigo de las últimas semanas de la formación castrense de la princesa de Asturias. Tras los exámenes y unos días de Instrucción la primogénita de los Reyes dirá adiós a este primer año de formación y podrá disfrutar entonces de unas merecidas vacaciones. Un periodo estival en el que posiblemente haga una escapada con sus amigos y compañeros cadetes a cualquier destino de playa. Y es que después del verano tendrá que viajar hasta Pontevedra para comenzar en la ciudad gallega su segundo año de formación castrense.

La lesión de Letizia 

Solo el círculo más cercano a Letizia conocía que en este día tan importante para su marido ella sufría un gran dolor. Lejos de querer quitarle el protagonismo a Felipe, la Reina aguantó como una jabata conociendo que padecía una lesión en su pie derecho. De hecho, según ha adelantado 'Vanitatis', la madre de Leonor y Sofía se ha visto obligada a someterse a una sindactilia terapéutica, la unión de dos dedos (el afectado junto a otro) con el fin de conseguir su recuperación a través de su inmovilización.