La prensa alemana destapa el desconocido (y curioso) apodo de Federico de Dinamarca

La revista alemana 'Bunte' ha desvelado el apodo con el que se le conocía a Federico de Dinamarca durante el servicio militar

Iván Gómez
Iván Gómez

Periodista especializado en corazón y televisión

Federico de Dinamarca -MD
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Si algo ha demostrado Federico de Dinamarca (56 años) es que es un royal valiente, con carisma, y que siempre ha estado dispuesto a romper con las tradiciones. Es un rey muy preparado, ya que más allá de su formación militar, también se licenció en Ciencias Políticas en la Universidad de Harvard. De su paso por el ejército, Federico mantiene grandes recuerdos, sobre todo con su formación en el cuerpo de submarinistas, donde fue tratado como uno más, a pesar de su sangre azul, y consiguió hacerse con una de las cuatro plazas tras superar las pruebas de una de las unidades más duras de las fuerzas armadas danesas: el Combat Swimmer Corps.

El Rey de Dinamarca ha reconocido que su paso por el ejército fue toda “una experiencia cósmica”. Además del gran aprendizaje que se llevó, también formó un gran vínculo con sus camaradas. “Mi vida comenzó realmente cuando entré en el Ejército como recluta. Fue un duro despertar, tanto físico como psíquico”. Esas fueron las reveladoras palabras del marido de Mary Donaldson, en 2017, cuando recordó su paso por el ejército. Su carrera militar abarca desde su paso por el Ejército Real hasta la Real Fuerza Aérea, pasando por la Real Armada de Dinamarca. Una de sus últimas formaciones fue en el año 2000, cuando estuvo en la escuela de vuelo de la Fuerza Aérea Danesa, en Karup.

En la Real Armada de Dinamarca, Federico destacó como nadador de combate. Tal era la pasión que demostró que recibió el apodo de “Hombre Rana Pingo”, según ha confirmado la revista Bunte. Una apodo hasta ahora desconocido que, al parecer, no le desagradaba lo más mínimo. 

Los reyes Federico y Mary de Dinamarca, de gira oficial de verano

Este verano está siendo muy importante para Federico y Mary, ya que están afrontando su primera gira de verano como monarcas. Una de las grandes críticas que había recibido la Familia Real danesa desde el ascenso al trono de Federico era que las apariciones en público eran muy escasas. La falta de una buena agenda por parte del nuevo monarca despertaba un clima de crispación en el pueblo, de ahí que los reyes estén cuidando muy bien cada uno de los pasos y movimientos que dan durante esta gira que comenzó hace ya unos días.

Mary y Federico de Dinamarca
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El pistoletazo de salida vino con su visita a Bornholm, para más tarde seguir visitando Ærø, Assens y Vejl. El matrimonio proyectó una imagen de unidad, a pesar de que las especulaciones sobre la salud de su matrimonio llevan presentes desde hace meses. De hecho, es innegable que, pese a la fortaleza que intentan mostrar, cuando el objetivo de la cámara les apunta, los gestos de tensión  y frialdad son evidentes. La sombra de crisis sigue planeando sobre el matrimonio, sobre todo si tenemos en cuenta que, en su momento, se comentó que la abdicación de la reina Margarita estuvo motivada por el miedo de que los actuales reyes pudieran divorciarse.

Los escándalos de su hijo Christian

Por otro lado, no podemos pasar por alto que las diversas polémicas que ha protagonizado, y sigue protagonizando, su hijo Christian también habrían influido en esa tensión que sufre el matrimonio. El joven disfruta de su juventud, al igual que hizo su padre a su edad. Y más allá de su estatus, al hijo de los reyes de Dinamarca le gusta salir de fiesta con amigos y llevar una vida como cualquier chico de dieciocho años.

Son varias las fotografías, donde Christian sale bebiendo, bailando y en compañía de chicas, que han visto la luz en los últimos tiempos. Los medios más sensacionalistas se han hecho eco, y esto es algo que no sería plato de buen gusto para los monarcas, especialmente por los comentarios que unas fotos así despiertan en la ciudadanía. Parece que el que está llamado a ser rey de Dinamarca no siente la más mínima preocupación por la fama que se está creando sobre su figura, pero sus padres sí la están sintiendo.

Como decimos, en los últimos años, la Casa Real danesa ha hecho todo lo posible por conseguir un lavado de cara en aras de borrar el también polémico pasado del rey Federico, que recibe el apodo de 'el príncipe turbo' por su pasión por la velocidad. No obstante, de nada serviría el trabajo de la institución si su hijo mayor continúa acaparando titulares cuanto menos escandalosos.