Carolina de Mónaco estrena sus ansiados 64 años y lo hace como la 'royal' más elegante del mundo. La hija mayor de Grace Kelly y Raniero III, con el paso de los años, ha demostrado que tiene un estilo impecable con el que ha conseguido ser toda una referente, tanto en Europa como en el resto de continentes. La princesa vive cada día más apartada de los medios después de que Alberto y Charlene se encuentren al frente del Principado, pero volcada al 100% en su familia.
Carolina de Mónaco, al igual que muchas personas, se ha tenido que reinventar debido a la pandemia mundial provocada por la Covid-19. La princesa es una de las grandes defensoras de la belleza natural una vez llegada la madurez y ha lucido sus canas con mucho orgullo y con la elegancia innata que tanto le caracteriza, algo que también ha hecho también la reina Letizia.
Durante mucho años, Carolina de Mónaco ha sido la musa del diseñador, Karl Lagerfeld, tristemente fallecido en febrero del 2019. Y fiel a Chanel, nunca ha perdido (ni perderá) su esencia. Eso sí, su hija Carlota le ha tomado el relevo como nueva embajadora de la marca.
En cuanto a su faceta más familiar, la hermana de Estefanía de Mónaco y el príncipe Alberto sigue casada con Ernesto de Hannover y se resiste a tramitar el divorcio por un importante motivo: Carolinano quiere perder el tratamiento de Su Alteza Real la Princesa de Hannover, un puesto de mayor rango que el que le corresponde como hija de Raniero III de Mónaco. Aunque, el hombre de su vida, sin duda, fue Stefano Casiraghi.
Carolina de Mónaco, más alejada que nunca de los medios, cumple 64 años.
Junto al italiano creó la familia que tanto deseaba pero un accidente mortal terminó con la vida del empresario a sus 30 años y rompió de golpe todos sus planes de futuro y los de sus tres hijos en común, Andrea, Carlota y Pierre.
Gracias a una entrevista para la revista 'Madame Figaro', pudimos saber detalles secretos de la vida de Carolina y cómo fue su educación como princesa y los obstáculos a los que se ha tenido que enfrentar desde pequeña: "Siempre sentí que competía con los chicos, quería hacerlo todo mejor que ellos. No tenía por qué ser algo glorioso, pero esto de ser competitiva me ha perseguido muchos años".