¿Quizás actuó en caliente? ¿Sobredimensionó lo que había pasado? Ayer Carmen López no aclaraba estas cuestiones en el Debate de GHVIP 4, pero dejaba en el aire un sentimiento de arrepentimiento por su marcha precipitada. Decía que firmaría por volver a entrar, pero su decisión era firme el viernes. Quería marcharse y se suponía que se quería marchar para dejar en manos de la justicia lo que había sentido en la casa.
Reconoce que el viernes pidió un papel y un boli al ‘Súper’ pero este se lo negó. La concursante conocía perfectamente las reglas de Gran Hermano y no están permitidos los útiles de escritura. Ella los quería para poner una denuncia, pero en el Debate aseguró que no podía hablar del asunto por un cuerdo que había llegado con la producción del programa. Y aunque Barneda le insistió, ella no despegó los labios.
Aseguró que el tiempo que transcurrió en la casa, le pareció eterno. Que una semana equivalía a miles de años. “El tiempo es relativo”, le aclaraba Sandra, y aún con todo y con eso, Carmen ahora piensa con añoranza lo que ha vivido en el concurso de convivencia, aunque dijera que el programa le “había causado un daño irreparable”, y exigiera disculpas de todas las partes implicadas, incluida la productora del formato. Se autodenominó “cabeza de turco” y volvió a recordar que es una mujer tremendamente pudorosa. Qué diferentes se ven las cosas desde dentro y desde fuera…
Mientras, en Guadalix, los ánimos están muy caldeados tras la última gala en la que nominaron ‘a la cara’ a base de calambres. Cada uno sabía que estaba siendo nominado, pero no por cuántos puntos. Laura, que es muy buena concursante y cada día levanta más simpatías por su forma de ser, le recordó a su ‘hermanastro’, Javier Tudela, que no se dejara manipular por Fran Nicolás, que se ha blindado con sus mosqueteros, y muchos de la casa le ven como un titiritero, entre ellos, Julián Contreras Jr.
Es un gran casting. Nadie se está quedando atrás, todos están teniendo su poquito de protagonismo. Quizás nos gustaría que se oyera más a Raquel Bollo o a Sema, pero también tienen sus momentitos, y cuando está tan repartida la cosa, el reality es una gozada porque en ningún momento decae el interés.