Carmen Borrego sobre su padre: "Si hubiera pensado en nosotras, no lo hubiera hecho"

La hija pequeña de María Teresa Campos recordó en 'Viva la vida' la figura de su padre en una de sus entrevistas más emotivas

La muerte del padre de Carmen Borrego y Terelu Campos siempre ha sido un tema complicado para ambas. A pesar de ello, a lo largo de los años no han tenido reparo en hablar sobre el tema. La última en hacerlo ha sido la hija pequeña de María Teresa Campos en el programa ‘Viva la vida’. La productora televisiva abría su corazón y hablaba sobre su progenitor, José María, protagonizando el momento más desgarrador de la tarde.

“Perder a un padre de la forma que yo lo perdí, con 17 años, te marca radicalmente la vida”, empezó explicando. Carmen añadía con dolor que ese momento hizo que abandonara de golpe la adolescencia para convertirse en mujer, algo que también experimentaría su hermana Terelu, que solo tenía un año más. A pesar de la dureza del momento, ninguno de los miembros de la familia se vino abajo, pues eran conscientes de que, si uno lo hacía, el resto seguiría el mismo camino.

Si bien le costó tiempo perdonar a su padre por quitarse la vida, como ha explicado anteriormente, ahora Carmen tan solo lamenta que no esté a su lado. “Me gustaría que, cuando me pasan cosas buenas, que estuviera ahí para compartirlas. Lo que más pena me da son las cosas que se ha perdido, porque hubiera sido feliz con las cosas que nos han pasado a mi hermana y a mí”, sentenciaba.

Además, está segura de que hubiera estado encantando de conocer a su hijo, José María, que lleva el nombre por él y con quien cree que se hubiera llevado estupendamente después de tener dos hijas. De él aseguró que era una “persona muy especial” y que, mientras su hermana es el ojito derecho de su madre, ella puede decir “con la boca muy llena” que ella lo era de su padre, un hombre al que le costaba expresar sus sentimientos y sobre quien, después de preguntarse reiteradamente el porqué de los motivos que le empujaron a su trágico final, ha llegado a la dura conclusión de que “ni un minuto pensó en mi hermana ni en mí, porque sino no hubiera sido incapaz”.