Carmen Borrego (57 años) ha hecho frente a uno de los mayores traumas de su vida: despedirse de su progenitora. El duelo por una madre siempre es duro, especialmente si esta actuaba como estrella polar de la vida de sus hijas; y María Teresa Campos era un firmamento entero. Terelu y Carmen se dirigían a ella para hacerle cualquier consulta desde las relacionadas con el trabajo a las que tenían que ver con el día a día. Se han quedado huérfanas y sin guía. Para la menor ha sido muy difícil pero, considera, para su hermana mayor ha sido aún peor.
Carmen Borrego confiesa a la revista Lecturas que llegó a pensar que necesitaría la ayuda de algún profesional de la psicología, pero, al final, no recurrió a ella. “He tenido el apoyo de toda mi familia”, nos dice, “me ha preocupado más mi hermana porque yo tengo mi marido, no estoy sola, pero ella sí”, resume. Para la malagueña la figura de José Carlos, su pareja, ha sido una verdadera tabla de salvación; al igual que su hijo mayor y su hija menor, que dejó todo para estar al lado de su madre y su abuela cuando más falta hacía.
Carmen Borrego preocupada por Terelu
Terelu Campos lleva años sin tener pareja y parece cerrada al amor. “Una persona no es más feliz porque esté acompañada de otra”, sostiene siempre, en un alegato a favor de la vida como ‘single’. Tras años emparejada, la presentadora ha descubierto que no necesita a nadie al lado, se basta y se sobra ella misma. Se ha dado cuanta que es su mejor compañía y que tiene un nutrido grupo de amigos que siempre están dispuestos a pasarlo bien cuando ella les propone cualquier plan.
Además tiene a su familia. Su hija, Alejandra Rubio, es, además de su gran orgullo, su absoluto consuelo. Sabe que la joven se ha convertido en una mujer responsable, solidaria y empática en la que puede apoyarse.
"Yo tengo mi soledad elegida. Estoy bien como estoy, y estáis más preocupados vosotros por el hecho de que tenga o no pareja", dijo Terelu en 2022 a La Razón. "Yo me levanto y me acuesto tranquila en mi cama, y estoy en la gloria".
Así vive Carmen Borrego su duelo
Sin visitar al psicólogo pero sí refugiándose en su fe. "Todo esto me ha hecho más religiosa. Primero me cabreé con Dios, ella no le había hecho daño a nadie y su final ha sido muy duro. Pero también le he dado gracias a Dios porque mi madre dejara de sufrir", confiesa Carmen Borrego a Lecturas en su primera entrevista para una revista tras el fallecimiento de María Teresa Campos.
"Despertar es muy malo, tienes que tomar conciencia de todo lo que ha ocurrido. Esto es un mal sueño. El final de mi madre fue terrible, los funerales... Es un vacío muy grande", nos dice.
Carmen Borrego confiesa que necesitó que pasaran, al menos, quince días, para regresar al que fue el último hogar de su madre. "La sentía todavía allí", por eso se negaba a tocar sus cosas, le parecía estar invadiendo su privacidad. "Es horrible, pero me dio paz sentir su olor. Tengo cosas de ella que huelo a diario. Como una pashmina que llevaba mucho". Y, mientras se aferra a ella y la huele, encara su nueva existencia.