Carmen Alcayde prepara la peor sorpresa para el reencuentro con sus hijos en Madrid

La presentadora de ‘Aquí hay madroño’ quiso celebrar su fin de semana con los pequeños con una cena especial pero no terminó de salirle muy bien…

JC
José Confuso

Director digital de Lecturas

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Desde que Aquí hay madroño llegó a su vida, Carmen Alcayde no para. La presentadora tuvo que dejar Valencia para instalarse en Madrid y poder así conducir el espacio cada día. Un reto que no dudó en aceptar, aunque eso supusiese dejar a sus pequeños en casa -¡con todo lo que ello conlleva!-. Ahora, motivada y llena de energía, ha querido darles una sorpresa y la verdad, le ha salido regulera. ¿Pero cómo es posible que a Carmen se le resista una pizza? Los hornos los carga el diablo…

Buena pinta no tenía. Carmen Alcayde descansa de su madroño durante el fin de semana y aprovechaba para pasar tiempo con sus hijos. Los pequeños han ido a Madrid a estar con su madre y esta se ha venido muy arriba. Como si de MasterChef Celebrity se tratase, la presentadora se ha puesto manos a la obra para hacer una de esas cenas que te vuelven loco tengas siete o treinta. Pizza, sí. ¿Qué puede salir mal? Spoiler: casi todo.

Provista de dos masas, a la presentadora empezó a resistírsele el cocinado desde el minuto uno. “Primer intento de cena dominguera”, explicaba en su cuenta de instagram. Cena por decir algo. La pizza, churruscada y blanda a la vez, no es que fuese el mejor de los manjares. “Me los he traído a Madrid, es una oportunidad para estar todos juntos…”, se lamentaba Alcayde. “‘Huele a pizza, huele a pizza’”. Pobres niños.

Muertecitos de hambre, los pequeños recriminaban a su madre que estaba tardando mucho. “Esta me va a salir bien, ¿te gusta?”, preguntaba la presentadora. Tampoco era muy difícil. ¿El problema? Que Carmen no controla nada las instrucciones del horno y estaba haciendo la pizza a todo gas. Claro, se quemaba a tope por encima y quedaba sin hacer por abajo. Menos mal que sus estupendos seguidores corrieron a echarle una mano.

Por suerte, a la segunda llegó la vencida y pudieron comer todos juntos. Ay, Carmen, vente un día a la redacción y te damos una clase magistral de pizzas. ¡Nos salen que da gloria verlas!