La suya fue una confesión valiente y muy importante. Dar visibilidad a las enfermedades raras, esas que sufre un porcentaje muy pequeño de la población, es algo que la sociedad necesita de forma urgente. Encontrar referentes, no solo para centrar la atención y fomentar el investigación -aspecto esencial-, sino, sobre todo, para tender una mano a todas aquellas personas que pueden estar pasando por lo mismo. Un 'no estáis solos' que, en muchas ocasiones, es altamente beneficioso. Ahí jugó un papel, tal vez sin pensarlo, la presentadora Carme Chaparro. Hace pocos días hizo público el síndrome de Ménière que sufre y, desde entonces, ha recibido muchísimos mensajes. Ahora, la periodista ha acudido a Viva la vida para narrar cómo es su día a día...
“Yo vivo así. Con un pitido constante, como una emisión de alta frecuencias”. Una confesión sincera, un relato en muy pocas palabras que ha convertido a la periodista Carme Chaparro en un ejemplo de visibilidad para todos aquellos que sufren el síndrome de Ménière -3 de cada 1000 españoles entre los 25 y los 65 años-. “De día es soportable. De noche no tanto”, confesaba la presentadora. Desde que hiciese pública su enfermedad rara a través de twitter, Chaparro se ha convertido en un referente para muchas personas.
La periodista, abrumada por la repercusión de su confesión, ha acudido al plató de Viva la vida para abrirse, un poco más, acerca de lo que supone convivir con un enfermedad rara. “Por las noches te desquicia muchas veces”, aseguraba tras haber reconocido que no le queda otra que acostumbrarse a ello. “Yo no tengo vértigo, pero no tengo consciencia de haber escuchado en alguna ocasión el silencio”. El síndrome que padece puede manifestarse de muchas formas, tal y como han narrado otros testimonios que pasan por lo mismo.
“Al final, te acostumbras y dejas de ir a sitios con mucho ruido porque no escuchas. Como por ejemplo, discotecas o restaurantes, porque si no te tienes que pegar mucho a la gente porque no les escuchas...”, explicaba la presentadora. Chaparro no podía evitar emocionarse al escuchar la historia de Marta, una joven que ha tenido que pasar por quirófano y volver a empezar por el mismo síndrome de Ménière. Llegó a estar cuatro meses en una silla de ruedas debido al vértigo que sufría.
Encontrar rostros populares que ejerzan de caras visibles de las enfermedades raras no es siempre sencillo. Todavía nos enfrentamos a muchos prejuicios a la hora de hablar de estas circunstancias. Pero cuando esto ocurre, cuando alguien encuentra un referente en el que se mirarse, una voz que reivindique su situación y lucha por ella, no tiene precio. ¡Grande, Carme!