Carme Chaparro muestra con orgullo sus audífonos, tras revelar que por el oído derecho no oye

La periodista Carme Chaparro se ha animado a usar audífonos, que le hacen la vida mucho más fácil con el tinnitus que padece

Carme Chaparro muestra con orgullo sus audífonos
@carmechaparro

Carme Chaparro está ilusionadísima, como niña con zapatos nuevos. No se trata del lanzamiento de un nuevo libro, o un nuevo programa en televisión. Es mucho mejor. Y es que la presentadora ha incorporado un aparatito que promete hacerle la vida más fácil. Imaginad la contentura que tiene encima. Desde hace pocos días, Chaparro emplea un audífono que le ayuda con el Síndrome de Ménière que padece, una condición que, además de sordera, provoca tinnitus en quien lo padece, pero quepara nada le impide hacer vida normal.

“Vivo con un pitido constante, como una emisión en alta frecuencia”, desveló hace un par de años en ‘Cuatro al día’ cuando habló por primera vez de su tinnitus; “de día es insoportable, de noche no tanto. Por el oído derecho casi no tengo audición”. Entonces decía que no le había quedado más remedio que acostumbrarse a esa incómoda condición, pero lo cierto es que ahora podría haber encontrado la solución perfecta. Y es que, además de colocarse un audífono, discretísimo por cierto, ha empezado una terapia pionera que promete ayudarle con estos pitidos constantes.

carme chaparro audifonos

Sobre su nuevo ‘gadget’, Carme Chaparro anima a todos aquellos que estén en una situación parecida a la suya a “perder el miedo o la vergüenza, o el sentiros viejo”, dice, “yo tengo 48 años y no me siento mayor para nada”, alega feliz con el descubrimiento. “Del oído derecho oigo solo un 35%, un 36% cuando me lo diagnosticaron, y hay algunas frecuencias que no oigo nada, y entre ellas están la del móvil y la del pinganillo”, contó en una entrevista con la web de Telecinco. “Además de la pérdida de audición, tengo un zumbido constante. Si estoy hablando contigo, me tengo que concentrar para escucharte. En un sitio donde hay mucho ruido, en un bar por ejemplo, no logro entender a la gente, así que me tengo que fijar en los labios o acercar mucho”.

Carme Chaparro recuerda haber vivido siempre con este pitido, “el silencio absoluto no lo conozco. Pensé que todo el mundo oía así. Fue en una revisión con el otorrino, después de que me quitaran las amígdalas, cuando vieron que tenía una pérdida muy importante de audición”. Ahora, por fin, su vida podría cambiar por completo gracias a este nuevo ‘compañero’ pegado a su oreja.