Las peores cuarenta y ocho horas de la vida de Carlota Corredera. La presentadora guardaba silencio y hacía como que no pasaba nada. Nadie se imaginó que, por dentro, se encontraba totalmente rota. ¿Qué había pasado? Un mes después, Carlota se sinceraba: había tenido que ser intervenida de un tumor. Ahora, con el paso del tiempo, se da cuenta de todo lo que pasó por su cabeza y le resulta imposible no romperse...