El tema del peso y la obesidad es un tema con el que Carlota Corredera está especialmente sensibilizada, por eso no pudo más que indignarse con el comportamiento de uno de los tertulianos de 'Sábado Deluxe'. La mesa de debate del programa versaba alrededor de la gordofobia y el periodista Israel García-Juez defendía que la que está gorda (sí, en femenino) lo está porque quiere y porque es feliz así. No quedándose satisfecho con ese razonamiento, aún tenía palabras para Beatriz Moreno, invitada en el debate, de tanto 'calado' como "Disfrutas comiendo nevaditos y en el Burger King" o "Como varón heterosexual, las gordas, gorditas, rellenas tenéis un mercado estupendo, no tenéis ningún problema para ligar".
La cara de la presentadora de 'Cámbiame' era un poema. No se creía que alguien pudiera estar haciendo esas afirmaciones tan desafortunadas con tan poco tacto. Por lo que se lanzó a elaborar un discurso que desarticuló el de su oponente con elegancia pero, lo que es más importante, bien razonado. "La obesidad es un tema muy complejo y es una enfermedad mortal que hay que respetar y a la que gente que la padece hay que respetarla también", declaraba Corredera. "Hay gente que tiene una relación tóxica con la comida y que tiene adicción a la comida, pero aquí los problemas que se respetan tener son el juego, la cocaína, la tecnología, las compras...", decía Carlota, haciendo hincapié en que hace falta educar a la gente en este tipo de adicción, pero en el resto de complejos y defectos, porque "no hay que ir diciéndolos a la cara". "La adicción a la comida es muy jodida, ¿sabes por qué?", continuaba la presentadora, "porque no tienes que irte a ningún sitio a comprarte tu dosis. Tu dosis está en todas partes: en tu nevera, en tu despensa, en las máquinas expendedoras de tu trabajo, en la pizzería de abajo, en el bar...".
Carlota Corredera ha querido denunciar la situación tan injusta por la que pasan las personas con esta enfermedad. "A la gente que tiene una adicción con la comida se les llama gordos, vagos, tragones, comilones, perezosos. Y no está gorda porque se hinche a comer en su casa, porque le apetece. Muchas veces, detrás de su sobrepeso hay mucho sufrimiento. ¿Yo le tengo que ir metiendo el dedo en el ojo a la gente con sus problemas?", ha acabado defendiendo.