Suele pasar. Cuando uno tiene tiempo, no tiene dinero, y cuando uno tiene dinero, lo que no tiene es tiempo. Carlota Corredera, sin embargo, sería la excepción. Desde que terminó su contrato con La Fábrica de la Tele, en principio, para preparar e incorporarse a nuevos proyectos televisivos, Carlota Corredera está aprovechando el tiempo para vivir intensamente todo lo que no ha podido hacer en los últimos 25 años, cuando empezó a trabajar en televisión. Nos referimos a escucharse a sí misma y a darse todos esos caprichos que, por falta de tiempo, nunca podía permitirse.
Y, claro. Carlota Corredera nos tiene cada vez con los dientes más largos cuando nos da por echar un vistazo a sus redes sociales. Ahora ha viajado a Sicilia y allí está disfrutando con su marido y su hija de los increíbles paisajes de la isla italiana dominada por el volcán Etna, ojo, casi siempre en erupción. Bañarse en las cristalinas aguas turquesa de sus playas o visitar los pueblos típicos sicilianos son, sin duda, dos hermanos planes que cualquier mortal en su sano juicio firmaría sin pensárselo.
Casi desde el principio de su carrera profesional, Carlota comenzó a ocupar puestos de responsabilidad, lo que no le permitía demasiados periodos de descanso. Algo que se agravó a partir de ser mamá. Como todo el mundo sabe, si hay algo –o mejor dicho, alguien– que te absorbe casi por completo, es un hijo o una hija. Y Carlota es la feliz mamá de Alba, de siete años. Su salida de La Fábrica de la Tele no ha sido, sin embargo, un plato de buen gusto. En su opinión, el haberse significado durante el documental de Rocío Carrasco ha terminado por pasarle factura y, por ende, a quedarse sin trabajo.