Por CONCHI ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS
Carlota Casiraghi ha estado en Los Ángeles. No para, como se pensó, acudir a las fiestas por los Oscar, sino por un motivo mucho más importante: pasar tiempo en familia y disfrutar de unas vacaciones al calor del sol californiano.
Aprovechando que su pareja, Gad Elmaleh, tenía que cruzar el charco por motivos de trabajo ya que tenía una actuación en San Francisco, la pareja se llevó a su hijo a que conociera un nuevo continente. Raphaël, que todavía es muy pequeño, no recordará lo que vio durante esta escapada, pero lo que seguro que sí le quedará será el recuerdo de los besos que su madre le plantaba cada vez que lo tenía en brazos. Puro amor maternal.
Carlota ha viajado a la ciudad de Los Ángeles entre rumores de embarazo. Hace unas semanas los medios franceses aseguraban que la belleza monegasca y el humorista estaban esperando su segundo hijo juntos. Pero ella ni ha confirmado su estado, ni lo ha desmentido. En su físico, desde luego, aún no se aprecia ningún cambio provocado por el embarazo. Su vientre sigue plano como una tabla y con camiseta no se aprecia ningún aumento de peso. Todo en ella sigue igual. También hay que recordar que con Raphaël no se apreció ningún cambio en su anatomía hasta bien entrada la gestación. Y entonces tampoco dijo esta boca es mía. Hasta que, prácticamente el bebé no había nacido, ella no informó sobre su inminente maternidad.
Durante esta semana que la pareja ha pasado en la meca del cine, Carlota, Gad y su hijo habrán podido empaparse de toda la emoción y todo el nervio que embarga a la ciudad los días previos a los Oscar. Oleadas de turistas y curiosos aficionados al Séptimo Arte seguro que se codearon con ellos sin saber que a su lado tenían a la nieta de una de las mayores leyendas del celuloide, Grace Kelly. Ha debido de ser, a buen seguro, toda una experiencia para Carlota pasear por las calles y avenidas que un día recorrió la madre de su madre triunfando como una de las musas de Hitchcock.