El cocinero Carlos Maldonado pasó de vendedor ambulante a cocinero con estrella Michelin –previo paso por ‘MasterChef’– en apenas unos años. Ahora cuenta su historia en ‘Raíces’, un documental que comparte nombre con su restaurante y que se estrena en TVE. Su inquietud por innovar y permitir a los paladares más exigentes probar nuevas sensaciones no tiene límites y se acaba de unir a Glovo y Cuynas con el objetivo de conquistar Madrid con sus 'burgers' gamberras. ¡Electrizantes!
La gente no conoce tu historia.
Yo antes era vendedor ambulante. De quesos, de jamones, de legumbres, de salchichones, de todo tipo de dulces... Como dice mi madre en el documental, vendíamos hasta preservativos [risas]. Y un día, mi madre me presenta a ‘MasterChef’, suena la flauta y gano.
Montaste un restaurante, Raíces, con una estrella Michelin, y después otro, El Círculo. ¿Qué te queda por hacer?
-Una fundación para la inserción social de los jóvenes por medio de la cocina. Montando restaurantes podemos enseñar a los chavales lo que a mí no me enseñaron: una profesión digna para desarrollar tus habilidades en vez de estar en un banco del parque liándola parda y robando.
¿Te arrepientes de algo?
Arrepentirme no. No me siento orgulloso de muchas cosas, pero todo eso, lo bueno y lo malo, me ha traído aquí hoy.
¿Te influye ser padre para tener ese deseo de ayudar a los jóvenes?
-Mi hijo tiene ahora cinco años. Cuando tenía tres añitos y medio, tartamudeaba un poquito y algunas personas mayores le oían hablar y, entre risas, me decían: “Uy, el niño se engancha, qué gracioso”. El niño se sentía ridículo y dejó de hablar. Pues esos miedos, esas ansiedades, esa rabia... Todo eso lo quiero combatir.