Carlo Costanzia se atreve a desvelar el papel de Javier Merino, ex de su madre Mar Flores, en sus problemas judiciales

En su dura entrevista con el programa de Telecinco, el hijo de Mar Flores ha confesado el importante rol que ha tenido Javier Merino a la hora de tratar sus problemas con la justicia

Pablo Sánchez
Pablo Sánchez

Periodista especializado en corazón y actualidad

Carlo Costanzia
Gtres

El protagonista absoluto de este fin de semana está siendo Carlo Costanzia (31 años). El hijo mayor de Mar Flores (54 años) se sentaba en el plató de ‘De Viernes’ para hablar largo y tendido sobre diferentes temas que han marcado su vida, como su relación con su madre y, por supuesto, los problemas que ha tenido el joven con la justicia. Costanzia se ha abierto sobre asuntos tan delicados como su relación con las drogas y su dura infancia, teniendo también claro el importante papel que ha tenido en estos problemas judiciales el marido de su madre, Javier Merino (68 años).

Carlo Costanzia habla de Javier Merino

"Como siempre en mi vida viene mi pasado y me arrebata todo. Nadie quiere trabajar con alguien que está cumpliendo una condena. Igual si hubiera tenido otra infancia u otra educación no se me hubiera planteado haber entrado en el tema de los coches", comentaba el joven ante las cámaras del programa. Tras esta confesión, Carlo ha comentado el gran rol que ha jugado en todo esto Javier Merino, al que considera un enorme apoyo. "En el proceso judicial me ha ayudado muchísimo Javier Merino”, relata Carlo. Recordemos que el joven fue acusado de un delito de estafa relacionado con el alquiler de coches de alta gama."Toda la gente que me ha denunciado sabía que la única manera de recuperar su dinero era ir contra mí. He terminado devolviendo más del doble de lo que ha entrado por mi cuenta. Los fallos del pasado tarde o temprano se pagan".

La situación actual de Carlo Costanzia

 Ahora mismo, el actor de películas como ‘Fuimos Canciones’ todavía está cumpliendo condena. "Mi situación judicial es que sigo en privación de libertad, pero con una pulsera telemática. Esta me la conceden cuando estoy en la última fase y se queda por este último delito de estafa", confesaba Carlo, que ha reconocido los muchos errores que ha llegado a cometer en estos delicados años: "He llegado a estar en tercer grado cuatro meses, muchas veces he estado en calabozos por conducir bajo los efectos de las drogas y el alcohol, también por no tener carné".

Carlo Costanzia
Telecinco

Además, Costanzia no teme reconocer la situación actual a la que está haciendo frente, comentando donde vive y en qué trabaja, siendo su posición social una muy diferente a la de su madre: "En estos últimos dos años he tenido muchos problemas y situaciones en las que me podría haber vuelto a refugiar en las drogas. No lo he hecho. Yo ahora mismo vivo de un trabajo normal. Llego a malas penas a final de mes. Vivo en un barrio obrero donde puedo permitirme pagar un alquiler bajo. Tengo que afrontar una realidad y durante 15 meses no puedo salir de Madrid. Por primera vez en la vida estaba teniendo todo controlado: estaba sanando mis demonios y he tenido que aprender a vivir otra vez".

Todo esto hace que el joven actor se sienta mal consigo mismo y no vea a sus cuatro hermanos pequeños todo lo que querría, ya que no siente que sea ahora mismo el mejor ejemplo para ellos. "Un hermano pequeño siempre ve a un hermano mayor como un superhéroe. Yo soy lo contrario a eso. Tendría que estar muerto o en la cárcel, bueno en la cárcel ya estoy".

El pasado de Carlo Costanzia

En esta sincera entrevista en el programa de Telecinco, Carlo ha contado cómo empezó a meterse en el mundo de las drogas desde muy pequeño. "Sufrí continuo acoso en el colegio por los titulares de mi madre. Los mayores te insultan, te pegan", confesaba. "Me rebelo en el colegio donde estaba. Empiezo los primeros contactos con el tabaco, el alcohol, el hachís y ciertas sustancias. Me mandan a Suiza a un internado de habla francesa donde no entiendo nada, allí en los montes. En aquel sitio aislado se produce mi hecatombe. Lo siento como un abandono. Empiezo a consumir con diez años y el consumo diario llega con doce o trece años".