"Tengo una enfermedad que se llama Síndrome de Brugada. Da arritmias y produce muerte súbita", así de sincera se mostraba Carla Barber hace unos meses al descubrir la grave afección de corazón que padece. A pesar de todo, la doctora en medicina estética ha sacado su lado más positivo a relucir pero ha tenido que extremar precauciones al máximo: "No tiene tratamiento, no tiene cura. Lo único que se puede hacer es poner un desfribilador", continuaba explicando. La exsuperviviente ha continuado con su vida con total normalidad y el nacimiento de su hijo Bastian ha provocado que su felicidad se multiplique por mil... Pero desafortunadamente, se ha llevado un buen susto tras la última revisión médica del bebé: padece un soplo.
Carla Barber ha estado preocupadísima por su pequeño y ha querido explicar a todos sus seguidores de Instagram los días tan críticos que ha vivido hasta que el doctor de Bastian le ha tranquilizado con el diagnóstico. El pequeño se encuentra perfectamente y el soplo irá desapareciendo poco a poco.
"El pediatra estuvo en casa y nos comentó que tenía un soplo. Nos calmó y nos dijo que lo más probable era que fuese funcional pero que nos recomendaba ir con el peque al cardiólogo (sumamos que yo tengo una insuficiencia de válvulas aórtica mitral además de síndrome de brugada). Gracias a nuestro pediatra conseguimos cita enseguida en el cardiólogo. Bastian tiene tan solo un soplo funcional que se irá con el tiempo. Estaba nerviosísima cuando entramos en la consulta. Por suerte el peque está super sano", ha contado Carla Barber a través de 'stories' asegurando que no hay nada por lo que preocuparse y que el recién nacido está en las mejores manos.
Y es que Carla se ha convertido en una madre muy protectora y Bastian ha pasado a ser su prioridad número uno. A este contratiempo, hay que sumar la afección en el oído que sufre el pequeño: Tubérculo de Darwin. Tal y como han explicado los expertos, se trata un engrosamiento cartilaginoso del borde de la oreja, un vestigio de la oreja puntiaguda de los primates. A día de hoy no tiene ninguna funcionalidad y es una característica que puede estar presente en el 18% de la población.