Española de nacimiento y mexicana de corazón, así es Natalia Jiménez (42 años), solista de La Quinta Estación que parece que finalmente ha encontrado al amor de su vida. Anteriormente estuvo casada con Daniel Trueba, con el que se daba el ‘sí, quiero’ en el año 2015. Este era el exmanager de la artista y anteriormente estuvo cerca de casarse también con Antonio Alcohol, empresario al que prácticamente dejaba plantado en el altar, confesando ella misma que ese matrimonio la “hubiera distraído mucho. Por eso, cambié mi decisión en el último momento, porque vi que iba a afectar a mi vida profesional". Con Daniel tuvo a su primera hija, Alessandra, en el año 2016, aunque finalmente la pareja rompía en el 2021, habiendo encontrado de nuevo el amor en brazos de su nuevo manager, Arnold Hemkes, con el que acaba de contraer matrimonio en México.
La nueva boda de Natalia Jiménez
Tal y como hemos podido ver en su cuenta oficial de Instagram, donde la cantante se mostraba de lo más emocionada, esta se ha casado el pasado 29 de noviembre con el que espera que sea el amor de su vida. “¡Qué emoción poder compartir con vosotros este momento tan especial en nuestras vidas! ¡Nos casamos! Guadalajara, Jalisco, México de testigo y rodeados de amor, familia y amigos. Estoy feliz de compartiros todos los detalles de este día inolvidable en exclusiva para la revista ¡Hola! Espero que disfrutéis esta etapa tan importante de nuestra historia juntos. Os queremos”, escribía en esta publicación, en la que podíamos verla junto a su recién estrenado marido disfrutando de unos fuegos artificiales.
Sobre su relación con Arnold, Natalia hablaba con el citado medio, al que ha concedido la exclusiva, comentando que “fue una relación que surgió de cero. Primero nos conocimos en lo profesional, luego surgió una amistad muy linda durante varios años y después este sentimiento irrefrenable, que creció como una bola de nieve sin parar”.
El vestido de novia de Natalia Jiménez
Los novios, que se unieron por la vía civil y religiosa en la Hacienda La Santa Cruz, en Guadalajara, se mostraban de lo más emocionados mientras la cantante caminaba hacia el altar del brazo de su hermano, Ángel Calvo. Para ese momento, Natalia lució el segundo de los cuatro vestidos que tenía guardados para ese día tan especial y que diseñó Benito Santos para ella. Se trata de un diseño de escote barco y un cuerpo ajustado antes de dar paso a una pomposa y grandiosa falda de tul bordada con diferentes motivos.
“El vestido que llevo para la ceremonia religiosa es una pasada de bonito. Un diseño mexicano con inspiración en la época del cine de oro y las joyas son de Renata Larios, también de Guadalajara”, explicaba la cantante a este medio.
En la ceremonia tuvo especial protagonismo la hija de Natalia, Alessandra, que hizo las veces de paje principal y llevó el ramo que más tarde la novia ofrendó a la Virgen. “Quisimos hacer todo lo más apegado a las tradiciones. Vamos a tener en el mismo lugar la boda civil oficiada por nuestra amiga Vero Delgadillo y después la ceremonia religiosa en una capilla”, confesaba el novio.
El hermoso lugar de la ceremonia
La hacienda donde ha tenido lugar esta unión destaca por su arquitectura colonial y, tal y como aseguran en ‘Trendencias’, esta cuenta con “detalles que evocan la historia y la cultura de México”, aportando un toque de cuento para este día tan especial, sobre todo con el cambio que pudimos ver en la fachada del edificio, intervenida con follaje y flores con un efecto degradado, obra de Eder Hernández, wedding planner del evento,
El resto de looks de Natalia Jiménez
Como decíamos, este no fue el único look que lució la novia para su gran día, contando con tres estilismos más. Para la fiesta después de la ceremonia, Natalia se decantaba por un elegante vestido de raso mikado, mientras que para el baile nupcial seleccionó un mini vestido con bordados florales que realzaba su impresionante figura.
Anteriormente, para la ceremonia civil, oficiada por la alcaldesa de Guadalajara, Verónica Delgadillo, pudimos verla luciendo un mono blanco asimétrico, adornado con unas plumas de avestruz que le otorgaban una vibra muy elegante. "Tengo un compañero de vida con el que puedo hacer lo que quiera y compartir lo que sea, bueno y malo", confesaba Natalia, que parece haber protagonizado el día más feliz de su vida.