Fue el gran amor de la vida de Antonio Flores y junto a ella tuvo a su mejor herencia: su hija Alba, portadora de todo su talento. Hoy Ana Villa es una mujer nueva, que nada tiene que ver con la que conocimos hace treinta años. Y tan renovada está que nos ha dejado mudos con su último y arriesgado cambio de look.
Villa ha sido vista visitando a Elena Furiase, la prima de su hija y con quien tanta unión tiene, después de que esta diera a luz a su primer hijo, Noah. Ana lucía un look entero negro, el color al que hace años lleva apegada por convicciones estéticas más que por otra cosa, y un corte de pelo súper arriesgado. Cortísimo y a tazón, con la parte superior azabache y, por debajo, sus canas naturales. Fantástica. Muy moderna pero fiel a sí misma. Además, lucía unas gafas de pasta, también en color negro, que realzaba su estilo tan vanguardista.
Alba, tras la muerte de su padre, se apoyó en su madre, que ha sido todo un referente a la hora ver y entender el mundo. Hace unos meses, en una entrevista para Vanity Fair, la más rebelde de los Flores afirmaba que su madre “me enseñó a tener no uno, sino los dos pies en la tierra”, además potenció el conacto con su vena Flores, por lo que la joven Alba siempre ha estado muy unida a esta parte de su familia, quien muchas veces no la han entendido, “soy un verso suelto”, confesó en la misma entrevista.
Alba, como su madre, son mujeres valientes, que derrochan carisma en cada uno de los aspectos de su vida y esto, cómo no, incluyen sus decisiones estilísticas.