El cadáver de José María Ruiz Mateos será desenterrado

Adela Montes de Oca, supuesta hija de José María Ruiz Mateos, está más cerca que nunca de conseguir la justicia que lleva reclamando desde hace tres años. Un juez ha ordenado que se desentierre el cadáver del de Rumasa para extraerle una muestra de ADN, y poder cotejarlo con el de la joven que reclama sus derechos como descendiente y que actualmente tiene 27 años.

Se ha llegado a esta situación de lo más desagradable por, tal y como explica la propia Adela y su abogada, Teresa Bueyes, la falta de cooperación que han encontrado en la familia del empresario. Ninguno de los 13 hijos de José María se ha querido someter a una prueba de ADN. Con la obtención de una muestra de su cabello, uñas o saliva habría sido más que suficiente para demostrar si Adela es o no es hermana. Pero todos se han negado.

La madre de Adela comenzó una relación con el empresario cuando este tenía 60 años y ella 24. Al poco, esta se quedó embarazada, y aunque Ruiz Mateos intentó que abortara, pese a sus convicciones cristianas, esta no lo hizo. El empresario corrió con los gastos de manutención, de vivienda y de educación de la joven. Eso sí, nunca le dio sus apellidos. Ahora Adela reclama la parte que le correspondería en la herencia, tras la muerte de José María hace ya año y medio.

Actualmente, Adela vive en Chicago y hoy ha entrado en directo en ‘Espejo Público’ para aclarar su situación y contar el último e importante avance en su caso. Un proceso que, según ha asegurado Bueyes, ha sido de lo más conflictivo, puesto que la letrada admite haber recibido amenazas por parte de la familia. “Nos preocupan muchas cosas de los Ruiz Mateos. Ellos pueden hacer de todo, y nada bueno”, le ha contado a Susanna Griso.

Según el auto dictado por el juez, la exhumación del cuerpo de la némesis de Miguel Boyer se realizará “garantizándose su integridad, respeto y memoria, en presencia de un Letrado de la Administración de Justicia y un médico forense, a los meros efectos de extraer las muestras biológicas necesarias con el fin de remitirlas al Instituto Nacional de Toxicología y cotejar el ADN obtenido con el de la demandante”.